La decisión de la inteligencia alemana de clasificar el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) como un grupo "extremista de derechas", y considerarlo una "amenaza para la democracia", ha tenido respuesta por parte de la administración de Donald Trump, pero el gobierno alemán no se ha quedado callado. La líder del partido de ultraderecha, Alice Weidel, ha mantenido una gran sintonía con miembros del gobierno de los Estados Unidos desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, que ahora han salido en su defensa. El vicepresidente norteamericano JD Vance fue contundente a través de un mensaje publicado en la red X, en el que acusó a las autoridades alemanas de intentar destruir el partido de Weidel. "La AfD es el partido más popular de Alemania, y con diferencia el más representativo de la Alemania del Este. Ahora los burócratas intentan destruirlo", afirmó Vance, que añadió: "Los países de Occidente derribamos el Muro de Berlín juntos. Y ha sido reconstruido, no por los soviéticos ni los rusos, sino por el establishment alemán". Hay que recordar que JD Vance visitó Múnich nueve días antes de las elecciones alemanas y se reunió con Alice Weidel, líder de la AfD, mientras rehusó encontrarse con el canciller Olaf Scholz.

El vicepresidente Vance añadió el post que publicó en la red social X el secretario de Estado, Marco Rubio, que tildó de "tiranía disfrazada" la decisión de la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV), los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, de clasificar la AfD como un partido que puede poner en peligro la democracia alemana, por lo que se permitirá a las autoridades aumentar la vigilancia eventual del partido en el ámbito nacional y, en teoría, abrir la puerta a un posible proceso de ilegalización del partido de extrema derecha. "Alemania acaba de otorgar nuevos poderes a su agencia de espionaje para vigilar a la oposición. Eso no es democracia, es una tiranía disfrazada", expresó en redes sociales el jefe de la diplomacia norteamericana. "Lo que es verdaderamente extremista no es la popular AfD —que quedó en segundo lugar a las recientes elecciones— sino más bien las letales políticas de inmigración de fronteras abiertas del establishment a las que la AfD se opone", añadió Rubio, que acabó su post con la frase: "Alemania tendría que cambiar de rumbo".

Exteriores justifica la decisión de la BfV

El gobierno alemán, sin embargo, respondió a las acusaciones de los altos cargos de la administración Trump y a través de la Oficina de Asuntos Exteriores y, en otro mensaje en la red X, les replicó: "Eso es la democracia. La decisión es el resultado de una investigación exhaustiva e independiente para proteger nuestra constitución y el Estado de derecho", respondió la cuenta en inglés del Ministerio en X, en el que aludió el pasado del país ligado al nazismo. "Son tribunales independientes los que tendrán la última palabra. Nuestra historia nos ha enseñado que hay que frenar el extremismo de derechas".

Weidel y Chrupalla denuncian motivaciones políticas

La decisión de la BfV llega en puertas de la constitución del nuevo Bundestag (parlamento alemán) el próximo martes, cuando se deberá votar la confirmación del líder conservador Friedrich Merz como nuevo canciller, al frente de una coalición con los socialdemócratas de centroizquierda. La AfD se convertirá en el principal partido de la oposición, después que quedó en segunda posición en las elecciones federales de febrero, obteniendo un récord de 152 escaños en el parlamento de 630 escaños, con el 20,8% de los votos. Los colideres de la AfD, Alice Weidel y Tino Chrupalla, han dicho que la decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) "tiene claras motivaciones políticas" y supone un "duro golpe para la democracia alemana". En varios comunicados y declaraciones públicas, han calificado la decisión de "difamatoria" y denuncian que el objetivo de la medida es "desacreditar y criminalizar públicamente" a la AfD, especialmente poco antes del cambio de gobierno, y en un contexto en el cual el partido es la principal fuerza de la oposición y lidera algunas encuestas de intención de voto". Los dirigentes han anunciado que el partido "seguirá defendiéndose legalmente contra estas declaraciones difamatorias que ponen en peligro la democracia" y que emprenden acciones legales contra la clasificación como grupo extremista.