Suecia, que ya esta semana ha expresado sus reticencias a la incorporación del catalán, el gallego y el vasco como lenguas oficiales de la Unión Europea, ha oficializado su postura este viernes con un documento del Consejo de Estado al cual ha tenido acceso ElNacional.cat. En este, el gobierno sueco, liderado por el conservador Ulf Kristersson, expresa "dudas" a revisar el reglamento europeo que rige el uso de las lenguas oficiales del organismo supraestatal para introducir estas nuevas, al considerar que "es necesaria una evaluación del impacto" que pueda tener sobre "la eficacia del trabajo de la UE" y los "efectos presupuestarios y prácticos" que pueda comportar.

El Reglamento número 1 sobre las lenguas oficiales de la UE, adoptado en 1958, implica que los estados miembros y las personas bajo la jurisdicción de un estado miembro tienen derecho a comunicarse con las instituciones de la UE en cualquiera de las lenguas oficiales. Además, los reglamentos y otros textos, como el Diario Oficial de la Unión Europea, se tienen que publicar también en estas lenguas. Este es el texto que se tendría que modificar para incluir el catalán, el gallego y el vasco, como ha puesto sobre la mesa España en la UE. Lo ha hecho un Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez, instado por el independentismo catalán, ya que es una de las condiciones que Carles Puigdemont ha exigido a cambio del apoyo de los diputados de Junts en el Congreso a una eventual investidura de Pedro Sánchez.

 

Finlandia, también reticente

Si bien Suecia ha sido el primer país a mostrar sus "dudas" a la incorporación del catalán en la UE, Finlandia también se ha mostrado este viernes reticente. El gobierno de Finlandia, liderado por el conservador Petteri Orpo y con la extrema derecha formando parte, considera que incluir nuevas lenguas implicaría cargas financieras y administrativas y afirma que hay otras formas "más sencillas" de promover cuestiones relativas a lenguas minorizadas. Orpo también ha señalado que ampliar el listado de lenguas oficiales puede ralentizar la toma de decisiones en el ámbito comunitario y retrasar la entrada en vigor de futuras normativas.

Irlanda, abierta

Por su parte, Irlanda está a la espera de conocer "los detalles" de la propuesta "formal" de España para la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en la Unión Europea, pero basará su decisión final en su política de defensa "del pluralismo lingüístico" y de facilitar al máximo el acceso de los ciudadanos a la información europea. Así lo ha indicado el ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Michéal Martin, en respuesta en una pregunta parlamentaria escrita del Sinn Féin sobre esta cuestión. En la respuesta, con fecha del 11 de septiembre, el ministro apunta que "todavía es demasiado pronto" para explicar si Irlanda votará 'sí' o 'no' a la oficialidad del catalán, vasco y gallego, pero a diferencia de Suecia y Finlandia, no plantea "dudas".