Escena poco habitual en el parlamento danés. La diputada de Groenlandia Aki-Matilda Høegh-Dam ha puesto en práctica la defensa de la lengua este viernes pronunciando un discurso de siete minutos en el Folketinget, la asamblea de Dinamarca, íntegramente en groenlandés, la lengua inuit que se habla en el territorio autónomo del cual ella es representante. La sorpresa para el resto de diputados fue mayúscula, especialmente cuando, una vez finalizada su intervención, Høegh-Dam se negó a repetirlo en danés, cómo se le propuso. Con la acción, la diputada ha querido salir en defensa de una lengua que hablan unos 50.000 habitantes, pero que queda absolutamente abandonada en el parlamento nacional.

La acción provocó algunas reacciones en directo que evidenciaron un cierto malestar entre sus colegas para no hablar en danés. El diputado de derechas Erling Bonnesen, que presidía la sesión, remarcó que estaba haciendo "difícil" el diálogo, y la animó a repetir su discurso en la lengua oficial de Dinamarca, oferta en la cual Høegh-Dam respondió nuevamente en groenlandés. Como el diputado no la entendió, volvió a pedirle, y ella dijo entonces 'no' en danés para hacerse entender, antes de pasar nuevamente a la lengua inuit. Bonnesen informó de que llevaría este caso a la dirección del parlamento. Pero también ha habido reacción desde la izquierda. Para el partido de los verdes, Karsten Hønge mostró su molestia asegurando que la diputada solo había intervenido en su lengua propia por intereses propios. "No quiero ser un extra en eso que está pasando, que solo se utilizará a los medios groenlandeses", dijo.

Høegh-Dam nació en Dinamarca y habla el danés con fluidez, pero creció en Groenlandia y, por lo tanto, también habla la lengua propia de su territorio. Es una de dos diputadas groenlandesas en el parlamento danés. Después del debate, explicó el porqué de su intervención en una lengua habitualmente apartada del parlamento. "No entiendo por qué es tan odioso hablar en lo que está categorizado como el idioma oficial de Groenlandia, que es mi distrito electoral", dijo en declaraciones a Reuters. "Ya no tenemos miedo de hablar, no tenemos miedo de utilizar nuestra voz y nuestra lengua". Precisamente, el debate en que había intervenido en la cámara trataba sobre las relaciones entre Dinamarca y Groenlandia. Por eso, la diputada incidió que "el espíritu de cambio está aquí, y el próximo paso en la buena dirección sería la formación de un estado".

Entre la autonomía y la independencia

Groenlandia había sido una colonia danesa hasta el año 1953, cuando se convirtió en una parte formal del Reino de Dinamarca, pero siempre se ha sentido mayoritariamente como un territorio diferente de la del estado europeo. Ya salió de la Comunidad Económica Europea en 1973, doce años después de entrar --a diferencia del resto del país, que se quedó--, y ha celebrado dos referéndums --en 1979 y en el 2008-- con los cuales Groenlandia ha ampliado considerablemente su autonomía hasta ser un país constituyente. A día de hoy, el gobierno danés solo tiene competencias sobre los asuntos exteriores y la defensa de la isla. Sin embargo, el danés sigue enseñándose a las escuelas groenlandesas. Las relaciones entre los dos territorios han sido históricamente tensas, y todavía se han complicado más recientemente desde que se ha revelado que doctores daneses forzaron controles de natalidad sobre la población groenlandesa durante los años sesenta y setenta, con dispositivos intrauterinos colocados en miles de mujeres y niñas.