El papa Francisco, que ha muerto hoy a los 88 años, se pronunció sobre Catalunya hace tres años y medio. Fue en septiembre de 2021 en una entrevista en Herrera en COPE desde el Vaticano en la que Carlos Herrera le interrogó directamente por el procés independentista y por la relación entre Catalunya y España. “¿Qué actitud cree que debemos adoptar ante un planteamiento de ruptura?”, le preguntó. Y, para contextualizarlo, aludió al hecho de que, a su parecer, se habían producido “algunas fracciones y fracturas concretas” y que el referéndum del 1O había llevado a una situación “particularmente delicada”. Sin embargo, el periodista no consiguió un titular duro y crítico contra el independentismo. El papa Francisco apeló directamente a la “reconciliación y al “diálogo”, pidió “huir de las ideologías” y abogó por relacionarse “como hermanos” y no “como enemigos”.

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“Lo más clave en cualquier país que tiene este tipo de problemas es preguntarme si se han reconciliado con la propia historia. Yo no sé si España está totalmente reconciliada con su propia historia, sobre todo la historia del siglo pasado. Y si no lo está, creo que tiene que hacer un paso de reconciliación con la propia historia”, verbalizó el papa Francisco. Y subrayó que esto “no quiere decir claudicar de las posturas propias”, sino “entrar en procesos de diálogo y de reconciliación” y huir de las ideologías”, que “destruyen” e “impiden cualquier proceso de reconciliación”. Asimismo, recordó que a lo largo de la historia ha habido “casos de independencia en países de Europa”. “Son hechos históricos que están caracterizados con una serie de particularidades. En el caso de España, son ustedes, los españoles, los que tienen que juzgar”, añadió.

La palabra que más repitió fue reconciliación. Reconoció que “unidad nacional” es una “expresión fascinante”, pero subrayó que “nunca se valora sin la reconciliación básica de los pueblos”. “Creo que en esto, cualquier gobierno, sea del signo que sea, tiene que hacerse cargo de la reconciliación y ver como llevar adelante la historia como hermanos y no como enemigos o, al menos, con ese inconsciente deshonesto que me hace juzgar a otro como enemigo histórico”, concluyó. En una breve réplica, Carlos Herrera apuntó que España “vivió un proceso de reconciliación muy intenso y admirable en el mundo entero en la década de los 70” y lamentó que el problema era que el “revisionismo histórico” haya “pretendido inutilizar aquella reconciliación”, en alusión a la Transición.

“El soberanismo es una exageración que siempre acaba mal”

Dos años antes, el papa Francisco se pronunció sobre el soberanismo en términos genéricos. Lo hizo en una entrevista en La Stampa al ser preguntado sobre los “peligros de los soberanismos”. “El soberanismo es una actitud de aislamiento y es cerrazón”, contestó. “Estoy preocupado porque se escuchan discursos que se parecen a los de Hitler en 1934. Primero nosotros. Nosotros. Nosotros. Son pensamientos que dan miedo”, reconoció. “Un país debe ser soberano, pero no cerrado. Hay que defender la soberanía, pero también hay que proteger y promover las relaciones con los demás países, con la Comunidad Europea. El soberanismo es una exageración que siempre acaba mal: lleva a las guerras”, remachó.

Acto seguido, le preguntaron por los populismos. “Al principio no lograba entenderlo, porque, estudiando Teología, profundicé el popularismo, es decir, la cultura del pueblo. Pero una cosa es que el pueblo se exprese y otra es imponerle al pueblo la actitud populista”, replicó. “El pueblo es soberano (tiene una forma de pensar, de expresarse, de sentir y de evaluar). En cambio, los populismos nos llevan a los soberanismos: ese sufijo, ‘ismos’, nunca hace bien”, concluyó.

La sorpresa del papa Francisco por bendecir la Moreneta de Girona en castellano

Otro episodio que relaciona al papa Francisco con Catalunya fue en octubre de 2023 a raíz de la bendición de la imagen de la Moreneta que se venera en la catedral de Girona. Se hizo en el Patio de San Damas del Palacio Apostólico durante la audiencia a los participantes en el peregrinaje a Roma de la cofradía de la Virgen de Montserrat, con motivo de los 800 años de su fundación. El pontífice preguntó al arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, por la lengua en qué estaba escrito el texto que tenía que leer y este le indicó que tenía que ser en castellano. “Dios de ternura, en castellano, ¿sí?”, le dijo Omella. Y esto levantó la sorpresa del papa Francisco: “¿No tiene que ser en catalán?”. El cardenal le dijo que no y el papa continuó la oración en castellano.