En la isla de Jeju, la mayor de Corea del Sur, existe una comunidad de mujeres que pasan los 70 años que son capaces de desplazarse a profundidades de 10 metros sin un equipo de respiración e incluso estando embarazadas. Bautizadas como las Haenyeo o "mujeres de mar" estas coreanas se sumergen en cualquier época del año, haga frío, calor, viento o lluvia, para recolectar peces, marisco, algas o erizos de mar. Herederas de un oficio con tradición matriarcal centenario que desarrollan incluido embarazadas, la cultura de la cual ha sido reconocida por la UNESCO como a Patrimonio Cultural Inmaterial, las mujeres de mar son las encargadas de proveer de alimento a los habitantes de este pequeño lugar coreano en el cual la tierra no permite abundantes cosechas. Lo que parece un poder sobrenatural del océano no es solo resultado de un entrenamiento que empieza a los 10 años, sino que parte de sus habilidades están intrínsecas a sus genes, según un estudio de la revista Cell.

Variantes genéticas

El estudio de investigadores de la Universidad de Utah y de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) comparó los rasgos fisiológicos y los genomas de 30 buzos Haenyeo con los de otra treintena de personas de la isla que no practican el buceo y con otros 31 coreanos continentales. Para equipararlos, se escogieron los 65 años como media de los sujetos. Los investigadores compararon la frecuencia cardiaca y la presión arterial de los participantes en reposo y durante inmersiones simuladas, en las cuales tenían que contener la respiración mientras sumergían la cara en recipientes con agua fría. El análisis señala que los habitantes de Jeju comparten un linaje ancestral y descubre dos rasgos peculiares en las nadadoras. Así pues, su ritmo cardiaco se ralentiza significativamente durante el buceo, una respuesta que se ha observado en nadadores profesionales de apnea. Sospechan que detrás de esta capacidad hay una clave genética.

Haenyeo, las das del mar de Corea (2)
Haenyeo, las mujeres del mar de Corea, mientras bucean / @sheawinterphoto

El estudio de investigadores han apuntado que las horas de práctica han modelado los genes de estas mujeres de mar y han transmitido a sus hijos adaptaciones fisiológicas y genéticas que les permiten bucear de forma segura. Los investigadores señalan variantes genéticas únicas que permiten a las Haenyeo regular eficientemente la presión arterial y las protege de la hipotermia. El análisis genómico ha demostrado que los residentes de Jeju, tanto Haenyeo como no, presentan unas características diferentes de los individuos de Corea continental y, por lo tanto, sugiere que todos los residentes de esta isla descienden de la misma población ancestral.

El análisis del ADN ha revelado dos variantes genéticas de las mujeres de mar que podrían estar detrás de su secreto para aguantar a altas profundidades bajo el agua. En concreto, uno de los genes está asociado con la tolerancia al frío, que las puede proteger ante la hipotermia. Y el segundo asociado con la disminución de la presión arterial diastólica. El ritmo cardiaco de los voluntarios disminuía unas 20 pulsaciones bajo el agua, mientras que en las Haenyeo bajaba casi el doble. Eso les permite seguir trabajando incluso embarazadas, sin poner en peligro la vida de la madre o del bebé. Una variante que se detectó en el 33% de los habitantes de Jeju, pero solo en el 7% de los participantes de Corea continental. Aparte de descifrar el secreto de las sirenas coreanas, los resultados de la investigación pueden abrir la puerta a encontrar mejores tratamientos para la hipertensión, también durante el embarazo y también el infarto.

¿Qué son las Haenyeo?

Las madres del mar son capaces de sumergirse sin material y desafían las frías aguas del Pacífico durante horas, día tras día, en una tradición a que ha sido transmitida de madres a hijas a lo largo de más de cuatro siglos. El origen de la cultura de las Haenyeo se remonta al siglo XVII, cuando empezaron a aparecer en los registros históricos como jamnyeo, o mujeres buzos. En aquellos días, tanto hombres como mujeres se dedicaban a esta peligrosa tarea, pero una serie de acontecimientos políticos y sociales transformó la profesión en una cosa casi exclusivamente femenina. Los hombres de Jeju fueron apartados del mar por las autoridades coreanas y muchos de ellos abandonaron la isla para buscar trabajo, así pues, las mujeres asumieron el rol de proveedoras de la familia. En el siglo XX, en Jeju, estas mujeres se convirtieron en las líderes económicas de sus comunidades. Se levantaban al amanecer, dirigían una plegaria a Jamsugut, la diosa del mar, y después, equipadas con sus trajes de neopreno y cuchillos de recolección, se zambullían en las gélidas aguas.

Haenyeo, las das del mar de Corea (2)
Haenyeo, las das del mar de Corea mientras bucean / @sheawinterphoto

A lo largo de las generaciones, las Haenyeo han perfeccionado las técnicas de pesca y se han organizado con sistema basado en la experiencia. Hay tres categorías diferentes: las hagun, las principiantes; las junggun, de nivel mità; y las sanggun, las más experimentadas, los que asumen el rol de líderes y consejeras de las más jóvenes. La transmisión del conocimiento es crucial en esta tradición. Las niñas empiezan a entrenarse en torno a los diez años, y para cuándo consiguen la adultez, son capaces de contener la respiración durante más de un minuto mientras descienden a profundidades que otros solo conseguirían con equipo especializado. A pesar de los avances tecnológicos, estas mujeres han rechazado el uso de equipos modernos, como las máscaras de oxígeno, en parte por miedo de perjudicar el frágil ecosistema marino del cual dependen. Las Haenyeo han sido aclamadas no solo por su habilidad física y su contribución a la economía local, sino también como un símbolo de empoderamiento femenino.