Aunque pueda parecer alarmista, los científicos llevan tiempo advirtiendo lo mismo y en la trigésima edición de la Conferencia de las Partes, que se celebra en Belém, en Brasil, ha aparecido la misma alerta: el cambio climático pone en riesgo la ciudad de Barcelona, que en el futuro podría ver cambiada su fisonomía y, es más, los barceloneses del futuro podrían verse forzados a desplazarse de forma permanente. La advertencia la han hecho varios expertos este viernes en la COP30. Los efectos del cambio climático para la costa de los países mediterráneos pueden ser devastadores. El nivel del Mediterráneo se eleva unos 2,8 milímetros (mm) cada año y un aumento de un metro del nivel del mar durante este siglo podría cambiar el litoral, poniendo en riesgo ciudades como Barcelona, Alejandría, Venecia, Túnez y Esmirna.
🍃La COP30 entre bambalinas: el dato que hiela la sangre a los guardianes de la lucha contra el cambio climático
La advertencia ya se hizo en la anterior COP29 en Bakú (Azerbaiyán), de aquí a 2100 estiman que hasta 20 millones de personas podrían verse forzadas a desplazarse de forma permanente desde las zonas costeras mediterráneas si persisten las tendencias actuales. Esta última alerta proviene de la Unión por el Mediterráneo (UpM) y la red de Científicos del Mediterráneo sobre el Cambio Climático y Ambiental (MedECC). Desde Belém han hecho este viernes un llamamiento para que se tomen medidas “inmediatas y coordinadas” que pongan freno a la crisis climática y ambiental. Los expertos apuntan que es necesario hacer un cambio en el modelo productivo para dejar de depender de los combustibles fósiles que, además, son limitados.
Calentamiento imparable
Los expertos han advertido que la media de calentamiento en la región ya ha llegado aproximadamente a los +1,5 °C y que sus proyecciones marcan subidas de temperatura que van de los +2,2 °C a los +5,6 °C para 2100. Se calcula que las precipitaciones en el Mediterráneo disminuirán entre un 10 y un 30%, y esto tendrá consecuencias en cuanto al estrés hídrico en la agricultura, los sistemas energéticos y las ciudades.
Otros peligros del cambio climático es la pérdida de biodiversidad, que se está acelerando tanto en los ecosistemas terrestres como en los marinos y han avisado que la situación se agrava a consecuencia de la actividad humana. Por ejemplo, hay acciones contradictorias, como el hecho de instalar estaciones eólicas en el mar -en Cataluña hay varios proyectos- para obtener energía limpia que, a la vez, tienen un impacto pernicioso sobre el medio ambiente, la biodiversidad y el fondo marino. Además, también hay problemas en los sistemas alimentarios, que sufren por el descenso en el rendimiento de cultivos como el olivo, la vendimia y el trigo, mientras que la reducción de las poblaciones de peces está aumentando la dependencia de las importaciones.