En la estatua del esclavista Antonio López, que el Ayuntamiento de Barcelona retiró este domingo, le ha salido una novia. Es, ni más ni menos, que el presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla. Ha enviado una carta a la alcaldesa Ada Colau para pedirle el traslado del monumento del Marqués de Comillas a su localidad natal, la villa de Comillas. En el texto Revilla dice que el gobierno regional y el Ayuntamiento de Comillas están dispuestos a asumir el coste del transporte de la estatua para colocarla en el lugar donde nació. Asegura que de esta manera se hace un reconocimiento a la "importantísima labor" que Antonio López desarrolló "no sólo en pro de esta localidad, sino también de la propia Barcelona". La estatua seguiría siendo propiedad del Ayuntamiento de Barcelona.

"Evitar así el olvido de un personaje que, con sus luces y sus sombras, jugó un papel indudable en el desarrollo económico, social y cultural de Barcelona y de Comillas", dice la carta

En la carta, con fecha de ayer, el presidente de Cantabria destaca el interés que supone para Comillas y para toda la comunidad "contar con esta estatua y evitar así el olvido de un personaje que, con sus luces y sus sombras, jugó un papel indudable en el desarrollo económico, social y cultural de Barcelona y de Comillas". Agrega que gracias al marqués, Comillas es reconocida por su "maravilloso" patrimonio modernista, obra de "insignes arquitectos" catalanes como Gaudí, Joan Martorell, DomènechMontaner o Joan Llimona.

Antonio López se queda en Barcelona

De momento, la estatua de Antonio López se queda en Barcelona. El Ayuntamiento la ha trasladado al Centro de Colecciones del Museo de Historia de Barcelona con la voluntad que deje de tener "la función de ejemplaridad que cualquier monumento en un espacio público ofrece a los ciudadanos".

La estatua se retiró este fin de semana en medio de una gran fiesta ciudadana a raíz de la reivindicación de diferentes entidades y movimientos sociales que pedían poner fin al monumento a un hombre de negocios que "a principio del siglo XIX se enriqueció con el tráfico ilegal de personas desde las costas africanas hacia Cuba".