Buena parte de las denuncias por catalanofobia que se han producido en los últimos meses tienen lugar en el ámbito sanitario o en el de la restauración. A pesar de que colectivos de médicos han intentado ponerle remedio, incentivando que aquellos profesionales que no hablan o entienden el catalán lo aprendan para poder entender mejor a sus pacientes catalanohablantes, parece que todo ello todavía no ha dado frutos y son muchas las personas que denuncian tener que cambiar de lengua y pasarse al castellano para poder explicarse. Ahora, el último barómetro Òmnibus del CEO, que sirve para conocer la opinión de los catalanes en temas que están de actualidad más allá de la situación política, han puesto cifras a esta sensación. Concretamente, según esta encuesta, una cuarta parte de los catalanes cree que no puede usar el catalán, su lengua siempre que lo desea: un 24% en el ámbito sanitario, un 26% en los comercios y un 28% en bares y restaurantes. También haciendo referencia al contexto lingüístico, un 88% de los encuestados están de acuerdo o muy de acuerdo con el hecho de que las personas que atienden al público lo deben poder hacer tanto en castellano como en catalán, y también en aranés en el Aran. Un porcentaje muy similar (90%) al que cree que las personas que trabajan en el ámbito sanitario puedan atender a los pacientes en su idioma.
Actuar contra la catalanofobia
Durante este verano se han denunciado varios casos de catalanofobia y, desde Plataforma per la Llengua, su presidente Òscar Escuder, exigió a la administración que actuara ante los casos de discriminación lingüística en el comercio. "Los ciudadanos deben ser más activos y usar la lengua, pero no les podemos obligar. A las administraciones sí que les debemos exigir que hagan cumplir la ley", ha avisado, poniendo el ejemplo de la Gelateria della Ostia, donde se vivió una de estas situaciones después de que un cliente pidiera un "helado de fresa". Cabe recordar que el pasado mes de abril, esta organización puso en marcha una campaña de recogida de situaciones como esta en el comercio y en 15 días recogió más de 450 casos. Una de las medidas que tomó la nueva comisionada para el catalán en el Ayuntamiento de Barcelona, Marta Salicrú, fue revisar los protocolos de inspección y mejorar la comunicación de la normativa lingüística para garantizar los derechos de las personas catalanohablantes en comercios y restaurantes de la ciudad, poniendo el énfasis en garantizar "el respeto a la normativa lingüística del Código de Consumo".
Rodalies, el medio de transporte que suspende
Este barómetro, sin embargo, no solo ha preguntado a los catalanes por la situación del catalán, sino también por otros temas de actualidad, como los medios de transporte y la valoración que tienen de ellos. Y los catalanes que utilizan el servicio de Rodalies lo valoran con un 4,4, la peor nota que recibe cualquier medio de transporte y, además, es el único que suspende. Le sigue por la cola, ya con un 5,1 la opción de "otros trenes de Renfe". Si nos fijamos en los datos de Rodalies y los trenes de media distancia de Renfe, un 29% de los usuarios suspende el servicio con entre un 0 y un 2; un 19% entre un 3-4; un 16% un aprobado justito (5); un 18% entre un 6-7 y hasta un 16% entre un 8 y un 10.