La gran mayoría de los parques de bomberos de Catalunya no tiene personal ni recursos para responder a más de un incendio. El 75% de las sedes del cuerpo de la Generalitat se encuentran bajo mínimos desde principios del pasado diciembre, hecho que comporta que no puedan actuar cuando hay una segunda alerta simultánea. "Estamos dando una sensación de falsa seguridad a los ciudadanos", asegura Joan Carles Cerdan, del sindicato de bomberos CATAC.

En Badalona, el cuerpo de Bombers dispone de tres camiones para actuar ante una alerta de fuego. Sin embargo, la falta de efectivos comporta que sólo puedan llenar y utilizar dos de estos vehículos. El aviso por un incendio en el barrio de la Mina este martes movilizó a todo el personal disponible de los parques de Badalona y Santa Coloma de Gramenet. Este segundo -que ya ha tenido que cerrar cuatro días por falta de agentes en lo que llevamos de año- sólo pudo movilizar a los tres bomberos de guardia que se encontraban en la sede.

Durante el transcurso del incendio, ninguno de los dos parques de bomberos tenía personal suficiente como para dar respuesta a una posible segunda alerta por fuego. Eso supone que las 420.000 personas que viven entre Badalona, Santa Coloma y proximidades quedaron desamparadas y sin un servicio efectivo para apagar cualquier fuego mientras que duraron las tareas de extinción del primer aviso. Las sedes del cuerpo más próximas y los efectivos de los bomberos de Barcelona -siempre que tuvieran personal disponible- tardarían unos 20 minutos en poder llegar al lugar de los hechos, un tiempo de respuesta que se puede traducir en víctimas mortales en incendios como el del barrio de Sant Roc del pasado cinco de enero.

Falsa seguridad

Esta situación límite no es un caso aislado. El mismo escenario también se produjo cuando todos los efectivos concentraban sus esfuerzos en responder al fuego provocado por una sobrecarga eléctrica en Badalona y se repite cada vez que se activa una alerta por incendio. Afortunadamente, estos municipios se encuentran bajo la zona de influencia de los bomberos del Ayuntamiento de Barcelona, que colaboran numerosas veces en las tareas de extinción.

"No tenemos suficientes dotaciones para hacer un servicio en condiciones", lamentaba Leandre Gallardet, representante del sindicato de bomberos de la Generalitat de la UGT, en una rueda de prensa convocada el pasado diciembre. Del total de 75 parques del cuerpo repartidos por Catalunya, 40 están en mínimos de tres personas. Eso no sólo supone un peligro para los propios bomberos, que se juegan su integridad física al no disponer de más compañeros de apoyo, sino también para los ciudadanos a quien tengan que rescatar.

Jubilaciones

Según calculan los sindicatos, actualmente hay 2.093 agentes en el cuerpo. "Hace muchos años que no entran nuevas promociones", lamenta Marc Guix, portavoz de CCOO. Uno de los factores que agravan la situación es el envejecimiento de los activos. En los próximos cuatro años se prevé la jubilación de unos 500 efectivos, prácticamente una cuarta parte del total de funcionarios.

Este déficit estructural de personal todavía es más patente en el agravio comparativo con los bomberos del Ayuntamiento de Barcelona. En el incendio en el barrio de Sant Roc participaron 25 agentes del cuerpo municipal, en contraste con los once funcionarios de los bomberos de la Generalitat. "Tendríamos que vaciar seis parques para conseguir los mismos efectivos que desplazó el cuerpo de Barcelona", denuncia Cerdan.

El primer paso

Las insistencias de los representantes sindicales -que ya amenazaron con querellarse contra el Gobierno el pasado 19 de diciembre- se tradujeron en la convocatoria por parte del Govern de 250 nuevas plazas de bomberos. "Es un paso, pero no soluciona la carencia de personal", explica Lluís Artigues, del sindicato COS. El portavoz estima que para llegar a los mínimos necesarios se tendrían que incorporar al cuerpo unos mil nuevos efectivos.

En el 2016, Govern y bomberos de la Generalitat acordaron una inversión de 217 millones de euros. Según denuncian desde el cuerpo, todavía no se ha cumplido ni mucho menos este acuerdo.