"¿¡Perdona!?", "¿Cómo"? "¿¡Eh!?"... Son expresiones que oyen muchos catalanohablantes habitualmente. Es decir, que no te entiendan por hablar catalán. Son tantas las veces que muchos catalanes se encuentran en esta situación, que la polémica ha estado en el centro de debate en los últimos meses, y también años. Hasta el punto que se han hecho bien conocidos lemas como "Perdón por hablar catalán en Catalunya" y se han impulsado campañas como #RepteMantinc2022 de la plataforma Mantinc el català. El debate llega en un momento en que la salud del catalán empieza a estar en números rojos: sobreviviendo como puede en los patios de las escuelas catalanas y con campañas de catalanohablantes suplicando en las universidades que sus profesores no se pasen al castellano cuando un alumno lo suplica alegando que no entiende el catalán.

Delante de este escenario, ElNacional.cat ha hecho un pequeño trabajo de campo en el centro de Barcelona, para saber si los catalanohablantes pueden ser atendidos en la lengua propia del país, si son entendidos en catalán pero respondidos en castellano o si, en el peor de los casos, se tiene que recurrir a la lengua española para hacerse entender. Con una muestra de cincuenta establecimientos, hay casos de todo tipo. Spoiler: incluso en un local hemos tenido problemas para hacernos entender en castellano. El que sí que ha quedado claro es que, al menos hoy, abril del 2022, el catalán todavía sobrevive en el centro de su capital. Son clara mayoría los locales que responden en catalán cuando el cliente se dirige en esta lengua, una minoría los que contestan en castellano ante preguntas en catalán, y una clara minoría los locales que no entienden la lengua catalana.

Durante un paseo por paseo de Gràciarambla Catalunya no hemos hecho distinciones sobre tipo de establecimientos: desde bares a zapaterías, pasando por restaurantes, establecimientos que venden jabones, hornos, tiendas de ropa interior, etc. De los cincuenta locales visitados, a treinta y tres nos han respondido en catalán cuando nos hemos dirigido en esta lengua. Y ha habido doce que, ante preguntas formuladas en catalán como "¿me podrías servir un bocadillo de jamón y un café con leche, por favor"? "a qué hora cerráis la cocina"? "qué horario hacéis los viernes"?", "tenéis calzado deportivo"?", "aquí también tenéis manteles?", nos han respondido en castellano. Y ha habido cuatro -tres tiendas de ropa y un bar- en el cual nos han pedido que nos dirigiéramos en castellano después de varios intentos con el catalán. La actitud de estas personas siempre ha estado buena. Y solo hemos registrado un caso en el cual comunicarnos ha sido difícil: en una tienda de ropa del paseo de Gràcia ha sido complicado hacernos entender en castellano, y la trabajadora no lo hablaba nada bien.

La app rastreadora de incidencias

Todo eso, sin embargo, no es ninguna ciencia exacta. Los resultados de nuestro paseo no se corresponden exactamente en los que aparecen en CatalApp. Se trata de una aplicación impulsada por la Plataforma per la Lengua que permite puntuar los establecimientos en función de su atención a los clientes, en materia lingüística. Hay que tener en cuenta que en los establecimientos acostumbran a trabajar más de una persona, y no de por vida. Y eso hace que haya opiniones diversas sobre cada local.

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Vista aérea del paseo de Gràcia / Foto: Europa Press

No em canviïs la llengua

Una de las reivindicaciones de hoy en día es que ante una situación en la cual alguien responde en castellano ante una frase en catalán, los catalanohablantes no pasen a hablar con lengua española. Es un tic que hacen a menudo los catalanohablantes, hasta el punto que a veces se hace incluso ante personas que hablan catalán, pero con dificultades. Por eso apareció No em canviïs la llengua, una plataforma pensada para inmigrantes que piden que los catalanohablantes no se dirijan a ellos en castellano por el hecho de no hablar perfectamente el catalán o por el hecho de tener acento de fuera.

La carta en catalán

En este paseo por el centro de la capital catalana no hemos comprobado si en los establecimientos como bares o restaurantes tienen o no carta en catalán. Hay muchos casos en qué no, a pesar de ser un derecho lingüístico de los consumidores en Catalunya. Lo puso de manifiesto la Plataforma per la Lengua, que se presentó con decenas de voluntarios en establecimientos de las cadenas Five Guys y Surf House en Barcelona para pedir la carta en catalán. Ante la negativa de ofrecerla, una sesentena de voluntarios pidieron las hojas de reclamación. Y delante también de esta negativa, los activistas quisieron presentar hojas de reclamaciones que habían imprimido ellos mismos. Los establecimientos no querían admitir las hojas, y acabaron presentándose los Mossos d'Esquadra a instancias de los establecimientos. Finalmente, la policía levantó acta de los hechos, que son motivo de sanción según el Código de Consumo de Catalunya.