"Estamos en alerta sanitaria, el país se juega mucho. El ser o no ser los próximos años", ha aseverado el conseller de Agricultura, Pesca i Alimentació, Òscar Ordeig, sobre la crisis por el brote de peste porcina africana detectado en el Parc Natural de Collserola. El conseller ha avisado del "impacto reputacional" y económico que puede tener para Catalunya este episodio. El 16% del PIB catalán está en riesgo, ha aseverado el conseller. Las exportaciones de porcino suponen unos 3.000 millones de euros en Catalunya, 2.000 de los cuales son a la Unión Europea y 1.000 a países extracomunitarios. Con estos últimos están ahora cortadas las exportaciones, por orden del Ministerio. Los acuerdos comerciales establecen que el cerdo no puede tener PPA y en caso de brote, aunque las granjas no están afectadas, se han tomado medidas de prevención.

"Todos los gobiernos están mirando cómo lo hacemos, nuestra rapidez, rigor y transparencia para controlar el brote y evitar males mayores. Tenemos que hacer las cosas bien para que dure el menor tiempo posible y recuperar los mercados", ha afirmado Ordeig este lunes en rueda de prensa. El conseller ha avisado de que todavía quedan días "complicados". Trabajan unos 400 efectivos sobre el terreno. Ya se han desplegado 117 efectivos y 25 vehículos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para dar apoyo a los trabajos de contención del brote. Se trata de agentes especialistas del Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (GIETMA), con base en Torrejón de Ardoz (Madrid), y del IV Batallón, con base en Zaragoza. Los militares y los agentes rurales catalanes harán tareas de búsqueda y captura de animales, así como retirada, custodia y desinfección de los cuerpos.

Sin embargo, el Govern avisa que la cosa no se solucionará solo con los trabajadores públicos y ha hecho un llamamiento a la responsabilidad ciudadana. En primer lugar, que cualquier persona que vea un animal muerto o enfermo, que llame al 112. De momento, se han recibido unas 384 llamadas desde el inicio de la alerta sanitaria. Asimismo, en 20 kilómetros a la redonda del punto donde se han encontrado los jabalíes infectados no se pueden sacar los animales a pasear. Los 12 municipios cercanos a Collserola siguen manteniendo la restricción de entrar en zonas rurales, siguiendo la normativa europea. "Evidentemente, si alguien reiterativamente incumple, podrá ser sancionado", ha avisado Ordeig.

"No poner en riesgo el operativo ni transmitir material contaminado", ha aseverado el conseller. Es una enfermedad muy contagiosa, de categoría 10 del reglamento europeo, y por eso cuando hay un positivo se desinfecta 10 metros a la redonda. No afecta la salud de las personas, pero está prohibido acceder al medio natural porque la rueda de un coche, unos zapatos, una bici, pueden extender fácilmente el virus. Suerte, ha dicho Ordeig, que "en Collserola se habían hecho los deberes" y se había trabajado para reducir el contacto y que la gente no diera de comer a los animales o para cerrar contenedores.

De hecho, según el conseller, la hipótesis más factible para explicar el brote después de 30 años sin peste porcina africana en Catalunya es que hubiera contacto con comida contaminada. La zona donde ha ocurrido, en Cerdanyola, es de paso para muchos transportistas. Si bien no hay ninguna confirmación todavía, Ordeig ha apuntado a la posibilidad de que todo haya sido por el embutido contaminado de un bocadillo. El conseller ha aseverado que en países del este de Europa extracomunitarios no tienen los mismos controles en las granjas y este virus ha podido llegar a la carne de consumo humano. Por eso en los aeropuertos hay restricciones con los bocadillos, porque pueden ser fuente de enfermedades, ha señalado Ordeig.

Los positivos por infección siguen siendo dos

De momento, las pruebas realizadas en 39 granjas cercanas a la zona del brote han dado resultado negativo: no hay infección en el cerdo que consumimos. Sin embargo, se han dado instrucciones de extremar las precauciones y los animales deben estar encerrados. Es el caso de Can Bogunyà, una masía de Terrassa con tres cerdos a la que este lunes irán las autoridades a revisar que los animales están sanos y que se encuentran encerrados en su recinto, tal como ha explicado el payés responsable del lugar, Xavier Rivero, en declaraciones a este diario. "El impacto será el mínimo si hacemos las cosas bien", ha afirmado Ordeig. Según el conseller, las granjas de Catalunya son "modernas" y estamos "mucho mejor preparados que hace 30 años".

De momento no se han dado más positivos más allá de los dos casos que hicieron sonar las alarmas. Hay también ocho sospechosos que se están analizando en los laboratorios de Madrid. "En el momento que podamos decir que no tenemos ningún animal enfermo y que hayan pasado unos días, en pocas semanas se podrían levantar las restricciones", ha explicado Ordeig, si bien ha afirmado que todavía "es muy precipitado hablar ahora de un horizonte temporal". Ahora está previsto que vengan técnicos de la UE para ayudar y revisar que todo se esté haciendo bien. El conseller ha avanzado que aprovechará para hacer reflexiones sobre qué ayudas y compensaciones puede haber, para que la crisis no afecte a la competitividad de nuestro sector.