El juzgado número 1 de Tortosa ha archivado el procedimiento penal por el accidente de autobús de Freginals de 2016 a raíz de la muerte del conductor, único acusado en el caso. Una vez recibida la certificación oficial del Registro Civil que acredita la defunción de Santiago Rodríguez, la jueza ha cerrado definitivamente el caso y ha extinguido la responsabilidad del conductor, aunque el juicio nunca se ha llegado a celebrar. La Fiscalía pedía cuatro años de prisión como presunto responsable de homicidio imprudente en el accidente que causó la muerte de trece estudiantes de Erasmus y dejó una cuarentena de heridos. El grupo volvía a Barcelona después de visitar las Fallas de Valencia y según el escrito de acusación, Rodríguez se puso al volante cansado y con sueño.

Rodríguez murió el pasado 5 de abril de un infarto, siete años después del fatal accidente por el cual tenía pendiente un juicio. En la instrucción, sin embargo, la jueza ha subrayado que todavía puede persistir la acción judicial contra los herederos, pero sería a través de un procedimiento civil. En este sentido, el abogado defensor ha confiado en que con el archivo se mantengan los acuerdos alcanzados por la vía civil con las víctimas. Según las últimas informaciones, todas las familias de las víctimas han cobrado las indemnizaciones correspondientes, excepto una, con la que siguen negociando.

El autocar que conducía Rodríguez era de la empresa Autocars Alejandro, de Mollet del Vallès (Barcelona), y el 20 de marzo del 2016 circulaba por la AP-7 en sentido Barcelona con 57 personas a bordo que habían ido a Valencia a disfrutar de las Fallas. A la altura de Freginals, el conductor perdió el control después de un volantazo, atravesó la mediana y volcó en sentido sur, chocando con otro vehículo, cuyos dos ocupantes resultaron heridos.

En concreto, la vuelta de Valencia hacia Barcelona se inició a las 4.03 horas y el accidente se produjo a las 5.51 h. Según el informe de los Mossos d'Esquadra, se dieron varias anomalías durante el trayecto, como que el vehículo pasara de 100 a 74 kilómetros por hora, para después devolver a los 100 de nuevo, sin que hubiera un denso tráfico o el trazado de la vía hiciera necesarios estos cambios de velocidad, hecho que hacía sospechar que Rodríguez no habría respetado los periodos de descanso y se habría dormido.

La Audiencia de Tarragona acordó en el 2018 reabrir la investigación sobre el accidente y ordenó nuevas diligencias para acreditar si el conductor descansó antes de emprender el viaje con el autocar y si falló el sistema de frenazo. Previamente, el juzgado que investigaba el accidente había archivado dos veces el caso después de descartar que el siniestro se debiera a errores mecánicos o a una conducta imprudente del conductor.