Anagrama ha anunciado este miércoles que, finalmente, no publicará El odio, el libro en el cual José Bretón confiesa, por primera vez, haber matado a sus dos hijos. La editorial ha explicado que ha "extinguido" el contrato de la edición, publicación y distribución del libro con el periodista Luisgé Martín, que  conversó con el asesino en la prisión. Es decir, todos los derechos de la obra, cedidos en su momento a la editorial, vuelven a ser propiedad del autor, que podría ofrecerlo a otra editorial. Este anuncio llega después de que la Fiscalía de Barcelona ha intentado detener su publicación para valorar si vulnera los derechos de los menores asesinados por el padre.

La madre de los niños, Ruth Ortiz, denunció el libro al Ministerio Fiscal, después de ver artículos que hacían referencia. Y es que las galeradas de El odio fueron repartidas por la editorial a los medios de comunicación, como se hace habitualmente. La publicación se anunció por finales de marzo pasado, y la editorial la paralizó ante la polémica abierta. La Fiscalía le requirió hasta dos veces una copia del libro, sin obtener respuesta. Un juez y después la Audiencia de Barcelona rechazaron frenar la publicación temporalmente, como pedía la Fiscalía, y priorizó la libertad de expresión. Después de esta negativa, la Fiscalía de Barcelona presentó una demanda para que un juez requiriera a Anagrama que le entregara una copia de libro. Ahora, con la extinción de la publicación, la petición fiscal quedará sin efecto.

Una dosis de doble respeto

En un comunicado, la editorial manifiesta que "de manera voluntaria, Anagrama decidió paralizar el lanzamiento y la distribución de El odio el pasado 21 de marzo", y que "después de la denegación judicial posterior, en dos ocasiones, de la petición de medidas cautelares de la Fiscalía que solicitaba esta paralización, la editorial mantuvo voluntariamente la suspensión de la distribución de la obra, que ahora confirma que es definitiva".

Añade que "desde su fundación en 1969, Anagrama ha apostado por una literatura que invita a la reflexión y en el debate tanto en el ámbito ético como en el social". Y sostiene: "En este contexto, la editorial cree que, en una sociedad democrática, tiene que existir un equilibrio entre la libertad creativa como derecho fundamental y otros principios morales. Por eso, considera que las obras que se inspiran en hechos reales requieren una dosis doble de respeto y sensibilidad."