Se calcula que alrededor de 500 millones de personas practican yoga, lo que pone de manifiesto el gran éxito que esta disciplina está teniendo en todo el planeta. Desde que en los años 80 un grupo de pioneros de la India lo llevaron a Estados Unidos, el número de practicantes no ha dejado de crecer en el mundo occidental, animados entre otras cosas por la gran cantidad de personas famosas que lo han promocionado. Pero… ¿realmente la ciencia ha demostrado que es una disciplina que produce beneficios para el cuerpo y la mente como afirman sus practicantes?

1. Reduce el estrés

La práctica del yoga tiene un efecto directo a la hora de reducir los niveles de cortisol en nuestro organismo, tal y como han demostrado diversos estudios. El cortisol es una hormona producida por la glándula suprarrenal que se libera como respuesta al estrés y su índice elevado provoca graves prejuicios para nuestro organismo. Los beneficios del yoga sobre la misma quedó patente en un estudio llevado a cabo en la India entre pacientes de periodontitis crónica, así como en otro llevado a cabo en Alemania entre mujeres que practicaron esta disciplina durante tres meses.

2. Controla los niveles de ansiedad

Una de las razones por las que el yoga triunfa tanto en la sociedad occidental es porque las personas que lo practican aseguran que les ayuda a relajarse. La la Universidad Estatal de Georgia llevó a cabo una investigación con personas que padecían Trastorno de Ansiedad Generalizada y los resultados concluyeron que la práctica había reducido su estado de preocupación y les ayudaba a mejorar su tensión muscular y sus problemas para dormir.

3. Mejora la salud cardiovascular

El yoga tiene efectos beneficiosos porque ayuda a controlar el colesterol y la tensión arterial, lo que tiene una acción preventiva muy importante a la hora de mejorar la salud cardiovascular. Un estudio llevado a cabo en Nagpur, demostró que adoptar los hábitos saludables que conlleva esta disciplina mejoraron notablemente la salud cardiovascular de las personas que tenían alrededor de 40 años.

4. Ayuda a paliar el dolor crónico

En Europa, 95 millones de personas padecen dolor crónico, definido como un dolor continuo que se prolonga más allá de seis meses, en ocasiones sin causa evidente y en otras derivados de otras dolencias como la artritis. El yoga ha demostrado que tiene efectos beneficiosos para reducir este dolor. Un trabajo llevado a cabo en la Universidad de Pensylvannia concluyó que el yoga Yyengar ayudaba a reducir el dolor de pacientes que sufrían osteoartritis en las rodillas.

5. Alivia las migrañas

Alrededor de una de cada siete personas padece migrañas con frecuencia, lo que imposibilita que en ocasiones desarrolle sus actividades diarias. En Jaipur, India, investigaron cómo el yoga podría ayudar a pacientes con migraña con aura, para lo que les pusieron a practicar durante tres meses. Los resultados fueron muy esperanzadores, porque tras ese periodo de tiempo, el estudio demostró una reducción significativa en la frecuencia de la migraña y las características clínicas asociadas.

6. Favorece un sueño reparador

Una mala calidad del sueño puede afectar gravemente a nuestra salud, favoreciendo, entre otras cosas, la aparición de depresión, obesidad y patologías cardiovascular. Por eso un descanso nocturno reparador es uno de elementos esenciales de los buenos hábitos de salud. El yoga ha demostrado que produce una disminución significativa en el tiempo necesario para conciliar el sueño, un aumento en el número total de horas dormidas y en la sensación de estar descansado por la mañana.

7. Reduce la inflamación crónica

La inflamación es una respuesta normal de nuestro organismo para hacer frente a agentes patógenos. El problema reside cuando se produce un proceso de inflamación crónica que termina convirtiéndose en una disfunción que acelera el proceso de envejecimiento y aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades como la diabetes o el cáncer. La Universidad de Medicina de Bangalore llevó a cabo una investigación a los que se les conminó a realizar ejercicios moderados y extenuantes para inducir el estrés.  Al final del estudio, los individuos que practicaban yoga tenían niveles más bajos de marcadores inflamatorios que aquellos que no lo hacían.