La tensión arterial es uno de los indicadores de la salud que más se controlan las personas, sobre todo según van pasando los años. Los que han sufrido algún episodio desagradable con importantes subidas de la misma, tienen en casa su propio dispositivo para poder realizarse controles rutinarios y saber así si todo va bien. Pero lo normal es que sepamos de nuestra tensión cuando nos hacen reconocimientos médicos o, si acaso, en alguna visita a la farmacia.

El control habitual de la tensión arterial se lleva a cabo a través de dispositivos basados ​​con un brazalete incorporado que detecta la presión de la sangre según el corazón se contrae y se relaja.

Brazalete

Con sólo una selfie podríamos saber si nuestra presión arterial es la adecuada

Ahora, un equipo de científicos de la Hangzhou Normal University, en China, y la Universidad de Toronto, en Canadá, cree que puede haber una forma más rápida y más sencilla y más conveniente de controlarla una nueva investigación. El estudio que han realizado apunta que el teléfono móvil podría resultar útil para saber cuál es nuestra presión sanguínea con solo sacarnos un vídeo selfie.

Se trata de imágenes ópticas transdérmicas que predicen las mediciones de presión arterial de una persona en base a un video corto de nuestra cara. Para ello se utilizan los sensores ópticos de los smartphones para rastrear los patrones de flujo sanguíneo debajo de la piel. El sistema hace una evaluación de la forma en la que penetra la luz ambiental y cómo se refleja en la epidermis.

La razón que impulsó a los investigadores a tomar este camino tuvo que ver con que el método del brazalete resulta incómodo para muchas personas y, sobre todo, porque sus usuarios no siguen las pautas aconsejadas para su buen uso.

El estudio y sus resultados

El trabajo ha sido publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Imaging. En su desarrollo participaron 1.328 personas de China y de Canadá que se sometieron a las pruebas en una sala tranquila donde cada uno de ellos se sentó frente a un smartphone utilizando su cámara frontal. El periodo que se les dio para aclimatarse a la situación fue de cinco minutos y después la grabación tuvo lugar durante dos minutos.

Simultáneamente al vídeo selfie, los investigadores tomaron la tensión a los usuarios mediante el método del brazalete. Así pudieron comparar los resultados de ambos sistemas y ver si eran o no coincidentes.

Tras el paso de los casi 1.400 voluntarios que participaron en la experiencia científica, los investigadores constataron que el método del vídeo selfie había predecido correctamente la presión sanguínea de los usuarios en un 95% de los casos en cuanto a la presión arterial diastólica y en un 96% en la sistólica. Asimismo, el pulso fue reconocido con tino en casi un 96% de las ocasiones.

Vídeo selfie Unsplash

Los impulsores del estudio han registrado un porcentaje de acierto superior al 90%

Camino por recorrer

A pesar de que los resultados fueron de una precisión muy alta, los científicos creen que aún no puede estandarizarse hasta realizar pruebas más concretas. Las principales razones para continuar investigando tienen que ver con una serie de limitaciones que quieren salvar.

Este primer estudio tuvo lugar en una sala con una iluminación y una temperatura fija, algo que no ocurriría si lo hiciera cualquiera en otra situación. Además, entre los voluntarios no hubo personas con el color de la piel ni muy clara ni muy oscura y querrían realizar pruebas con personas de estos pigmentos dérmicos también. Por último, durante la investigación solo se tomaron individuos que tuvieran una tensión dentro de un rango normal y, por tanto, no se ven capaces de saber si el método del vídeo selfie funcionaría con la misma precisión en personas que sufran de hipertensión.

Lo que si tienen claro los científicos chinos y canadienses es que los resultados de la primera fase de la investigación invita a ser optimistas de cara a que este nuevo sistema de medición de la tensión pueda acabar imponiéndose en un futuro cercano.