Hace unos días, la farmacéutica AstraZeneca, que está desarrollando una vacuna COVID-19 junto con la Universidad de Oxford, anunció que detenía los ensayos que estaban llevando a cabo para testarla en la fase 3 el martes, después de que un participante en el Reino Unido manifestara una reacción adversa tras su administración. La noticia fue sin duda un jarro de agua fría para millones de personas en todo el mundo que esperan la llegada de esta nueva vacuna, al igual que la de otros laboratorios que están trabajando en ella.

Según informó AstraZeneca la paralización del ensayo de las vacunas es algo relativamente habitual, que ocurre durante un ensayo clínico cada vez que un participante desarrolla una enfermedad potencialmente inexplicable. En este caso, al parecer la paciente habría desarrollado unos síntomas neurológicos consistentes con mielitis transversa, una patología inflamatoria que afecta la médula espinal y puede ser provocada por infecciones virales.

AstraZeneca

Se trata de la segunda vez que AstraZeneca ha detenido su ensayo en el Reino Unido debido a síntomas neurológicos. Y aunque podría parecer una mala noticia, no todos los expertos lo consideran así. El Dr. Jon Andrus, de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, ha asegurado que el hecho de que AstraZeneca haya detenido su ensayo muestra que el proceso está funcionando

En los ensayos de fase 1 y 2 de la vacuna candidata COVID-19 de AstraZeneca, los participantes experimentaron solo efectos secundarios leves o moderados, como fiebre, escalofríos, dolores musculares y dolor de cabeza. Todos estos se resolvieron rápidamente y ninguno puso en peligro la vida, por lo que la vacuna candidata pasó al ensayo de fase 3.  Sin embargo, los ensayos de fase 3 inscriben a miles de personas. Esto es necesario para detectar efectos secundarios más raros. Pero también aumenta la posibilidad de que un participante tenga una enfermedad no relacionada mientras está inscrito en el estudio.

Por lo tanto, no existe motivo para la alarma. Lo que ocurre es que, normalmente no hay un seguimiento tan exhaustivo de una vacuna tal y como está ocurriendo ahora. La COVID-19 se ha convertido en una prioridad para toda la comunidad científica por los estragos que está causando en cientos de miles de personas en todo el mundo.

Vacuna coronavirus

La fase 3 de la vacuna va a continuar y se seguirá comprobando todo como hasta ahora. Aunque pueda tardar un poco más en llegar la vacunación masiva, lo sucedido pone de manifiesto el trabajo tan exhaustivo que se está realizando para hallar un fármaco de estas características.