Diez meses después del inicio de la pandemia ya han empezado algunas campañas de vacunación contra el coronavirus. Como resultado, después de una encarnizada carrera para ser el primero a desarrollar una vacuna válida contra el virus, los analistas ya pronostican que Pfizer y BioNTech y Moderna ganarán millones de dólares. La pandemia ha sido a escala mundial, hecho que ha hecho ir deprisa a la hora de buscar una vacuna. Los gobiernos y los donantes han invertido millones de dólares para crearlas y probarlas.

Los gobiernos han puesto 7.165,21 millones de euros, según la empresa de análisis de datos científicos Airfinity y recopila la BBC. Así, de la misma inversión de las empresas provienen 2866,08 millones y muchas de ellas dependen mayoritariamente de financiación externa. ¿Sin embargo, por qué las grandes empresas no se han volcado en esta carrera? Según recoge el mismo artículo de la cadena británica, no tenían una prisa excesiva porque en medio de una epidemia se ha demostrado que no es muy rentable. El proceso de descubrimiento comporta tiempo. Lo que da más dinero son los medicamentos que se consumen en dosis diarias en los países ricos.

La más barata vs. la más cara

Sin ir más lejos, las empresas que empezaron a trabajar con vacunas para enfermedades como el Zika o el Sars se engancharon los dedos. Además, el mercado de vacunas contra la gripe, asegura que si, finalmente el coronavirus ha llegado para quedarse y requiere una campaña de vacunación anual, podría empezar a ser rentable. Y por lo tanto, las empresas empezarán a idear más productos.

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Trabajadores preparan cajas para transportar la vacuna Pfizer a los EE.UU. / Efe

Además, algunas farmacéuticas tampoco quieren que se vea que se están lucrando con la pandemia. La Johnson & Johnson y la británica AstraZeneca se han comprometido a vender la vacuna por un precio que solo cubre los costes. De hecho, la de Oxford es la más barata con un precio de unos 3,31 euros por dosis. Por otra parte, Moderna trabaja con un precio mucho más alto, de unos 30,42 euros. Su objetivo es tener algún beneficio para los accionistas, según recoge la cadena británica. Además, supuestamente, este precio también tiene que cubrir los gastos de transporte.

La vacuna más demandada

A corto plazo, no se espera que las farmacéuticas obtengan grandes beneficios en general de la venta de vacunas porque los gobiernos y las organizaciones ya se han comprometido a comprar miles de millones de dosis a precios fijos. La vacuna de Oxford es, según los datos que recoge la BBC, la más demandada. Ya supera los 3,2 millares de millones de dosis solicitadas, seguida por Novovax, con 1,38 millares de millones y Pfizer y BioNTech con 1,28 millares de millones. Aunque la de Oxford es la más demandada se espera que solo pueda cubrir gastos.

Ahora bien, una vez finalizados estos primeros contratos, habrá que ver cómo se desarrolla el panorama, teniendo en cuenta la duración de la inmunidad, cuántas vacunas con éxito se ponen en circulación y su la distribución.

El transporte, el gran reto

Y es que la distribución siempre ha sido un obstáculo importante. Ahora, hay una empresa que está haciendo algún experimento para superarlo. Se trata de Thermo King que provocó una 'pequeña' revolución en el transporte de alimentos a una temperatura controlada antes de la Segunda Guerra Mundial y que está ahora trabajando al lado de farmacéuticas, gobiernos y empresas para intentar encontrar una solución para las bajas temperaturas que requieren algunas de las vacunas mientras son transportadas a clínicas y hospitales, según detalla la CNN. Para intentar que eso sea posible, se han reelaborado contenedores que normalmente se utilizan para transportar atún fresco a Japón, que requiere unas condiciones similares.

El atún se tiene que almacenar a unos 60 grados bajo cero para mantener la calidad y la tonalidad roja. Pfizer se tiene que mantener en unos 70 grados bajo cero, hecho que podría ver en estos contenedores una solución ante los problemas de transporte que han rodeado también esta vacuna. Por otro lado, Moderna utiliza la misma tecnología que la de Pfizer, pero no necesita ser almacenada a una temperatura tan baja, de hecho, tiene bastante con 20 grados bajo cero, hecho que en un primer momento, representó una ventaja significativa con respecto a la de Pfizer.