En principio, parece obvio que cuanta más información dispongamos sobre un asunto, mejor nos irá a la hora de tomar una decisión. Pero lo cierto es que no es tan sencillo. Sobre todo en cuestiones que tienen que ver con la salud o las finanzas. Según una nueva investigación del Stevens Institute of Technology, demasiado conocimiento puede llevar a las personas a tomar peores decisiones. Los expertos creen que la razón estriba en cómo interactúa la información nueva con el conocimiento y las creencias anteriores de las que disponemos. 

El objetivo del estudio es replantear la forma en que usamos la gran cantidad de datos de los que disponemos hoy en día mediante la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, y cómo los profesionales de la salud y los asesores financieros presentan esta nueva información a sus pacientes y clientes.

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Los expertos creen que el hecho de ser más precisos no es suficiente. En concreto apuntan a que se necesita ayudar a las personas a construir una decisión sobre lo que ya saben mediante el entendimiento de la nueva información. Y ponen un ejemplo: cuando los médicos comunican una información a los pacientes, como la prescripción de un medicamento o una explicación de los factores que pueden incrementar el riesgo de padecer diabetes, las personas pueden estar pensando en otras formas alternativas de alcanzar el mismo objetivo porque así lo han visto en otras fuentes de información. Por lo tanto, si el médico lo desconoce o no puede hacer frente a esa información, lo que le diga puede caer en saco roto.

El estudio

La investigación ha sido publicada en la revista Cognitive Research: Principles and Implications y está basada en una serie de encuestas a 4.000 personas divididas en grupos.

A unos se les pidió que tomaran decisiones sobre escenarios con los que posiblemente no podrían estar familiarizados. A otros, sobre cuestiones más familiares, como por ejemplo relativas al menú o las acciones que llevaban a cabo para perder peso.

Los resultados mostraron que cuando las personas toman decisiones en escenarios nuevos sobre los que no tienen información previa, se concentran en el problema descartando otras cuestiones y toman mejores decisiones. En cambio, cuando las decisiones tenían que ver con situaciones que ya conocían y sobre la que ya tenían otros datos, su conocimiento previo se interpuso y las decisiones resultaron ser peores.  

Decisión

Un ejemplo muy claro se puede ver en el siguiente ejemplo con la diabetes como protagonista. Cuando durante el estudio se planteó un problema sobre la salud y el ejercicio en lo que se refiere a la diabetes, las personas sin diabetes utilizaron la información que les habían facilitado y tuvieron éxito. En cambio, las personas con diabetes, contrapusieron su información a la que les habían facilitado y no realizaron con éxito el ejercicio.

Por lo tanto, hay una gran diferencia en cómo interpretamos la información que se nos brinda y cómo afecta a nuestra toma de decisiones cuando se relaciona con cosas que ya sabemos o cuando no. Por eso, a la hora de explicar los mensajes, es necesario que los que proporcionan la información comprendan mejor los conocimientos de los que la reciben y adapten así esa información.