En 2019 se han producido importantes avances en la medicina, entre otros la consolidación de la terapia de protones como una alternativa eficaz para combatir diferentes tipos de cáncer. También llamada terapia de haz de protones, es un tipo de radioterapia en la que se utiliza un haz de partículas pesadas aceleradas de alta energía, que se dirigen a las células cancerosas con precisión, y reducen así significativamente el daño en el tejido sano más próximo.

Los estudios parecen demostrar que es más segura y más efectiva que la radioterapia convencional, ya que puede administrar una dosis alta a un área muy específica, con un impacto mínimo en los tejidos circundantes. Para llevarla a cabo, los especialistas utilizan el haz de protones de alta energía en lugar de rayos X, lo que la convierte en la radioterapia más avanzada disponible en la actualidad, pues además de indolora, no es invasiva.

Terapia imagen

Lo cierto es que la terapia con haz de protones ha estado funcionando desde 1990 en los Estados Unidos, pero su uso no se había extendido ampliamente hasta ahora por su elevado coste. Es un tratamiento adecuado para tumores cerca de partes sensibles del cuerpo. Mientras la radioterapia tradicional no puede atacar tales tumores porque puede dañar los nervios circundantes, aquella, al ser más específica, se convierte en la opción más adecuada.

Se puede utilizar por tanto en los cánceres que afectan al cerebro, médula espinal y sistema nervioso central, cabeza y cuello, nariz y ojos, recto y ano, páncreas, hígado, pulmón, hueso, tejidos blandos de la columna vertebral y la pelvis. Eso sí, los tumores deben ser sólidos, porque no puede tratar de forma global los que se han diseminado a otras partes del cuerpo.

Los centros más prestigiosos en el empleo de esta técnica se encuentran en Estados Unidos, Europa y Japón. Entre ellos, destacan los nombres de Hokkaido University Hospital, en Japón, o la Clínica Mayo y MD Anderson Cancer Center, en Estados Unidos.

Los estudios

Durante este 2019, se han presentado diferentes estudios en los que se ha demostrado la eficacia de este tratamiento, tanto en adultos como en niños. Por ejemplo, una investigación publicada en la revista Pediatric, Blood and Cancer demostró que los niños que padecen meduloblastoma –que es un tipo de tumor cerebral muy común en los niños–, tenían tasas de supervivencia más elevadas si empleaban la terapia de protones, por encima de los que recibieron quimioterapia.

Máquina terapia

Y más recientemente, un estudio publicado en la revista JAMA Oncology, y llevado a cabo en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, ha concluido que la terapia de protones conlleva un riesgo significativamente menor de efectos secundarios graves. En concreto los reducen en dos tercios, lo que permite que deban estar menos tiempo hospitalizados como consecuencia de estos efectos. El trabajo proviene de la revisión más grande realizada hasta ahora de este tipo entre pacientes que siguieron tratamientos de quimioterapia y de terapia de protones.