Mito desmentido. Tener más estudios y un nivel educativo alto no protege totalmente de las demencias. Al contrario de lo que se podría pensar, las personas con un nivel educativo más alto no experimentan un deterioro cognitivo más lento cuando envejecen en comparación con otras personas con menos estudios, sino que, de hecho, el deterioro va al mismo ritmo con estudios o sin. Así lo ha constatado un estudio publicado en la revista Nature Medicine, en el cual han participado investigadores del Institut Guttmann —centro barcelonés de referencia en salud cerebral y neuro-rehabilitación— y la Universitat de Barcelona (UB).

"Antes se pensaba que la educación te protegía cuando envejecías y que las trayectorias se separaban: los que no tenían nivel educativo tenían un deterioro cognitivo mayor que los que sí que lo tenían. Pero lo que hemos visto en el estudio es que eso no es así", ha explicado el director de investigación del Institut Guttmann, el doctor en ingeniería biomédica Javier Solana, en declaraciones a EFE. Así, los científicos que han participado han constatado que una educación más avanzada da "una posición de salida de ventaja, porque la persona parte con una reserva cognitiva más alta", pero que después las trayectorias del deterioro cognitivo son "paralelas" con estudios o sin.

Para la investigación, los científicos, liderados por la Universidad de Oslo (Noruega), han analizado datos longitudinales de más de 170.000 personas de 33 países occidentales, por lo que se trata de uno de los estudios más grandes sobre envejecimiento cognitivo realizados hasta ahora. Se han procesado más de 420.000 exploraciones neuropsicológicas y pruebas de imagen de individuos de múltiples países –europeos, americanos, asiáticos y australianos—. En total, han participado 170.795 personas mayores de 50 años, pertenecientes a 27 cohortes longitudinales y con seguimiento de hasta 28 años por participante. En concreto, la cohorte de la Guttmann ha aportado 966 sujetos en el estudio, mientras que la UB aportó 161 más.

Los participantes ejecutaron pruebas de memoria, razonamiento, velocidad de procesamiento y lenguaje, y 6.472 individuos hicieron también pruebas de resonancia magnética cerebral para analizar parámetros como el volumen cerebral total y el volumen de regiones clave para la memoria (hipocampo y corteza prefrontal).

Los resultados indican que un nivel educativo más alto se asocia con una mejor memoria, un volumen intracraneal mayor y un volumen ligeramente superior de las regiones cerebrales sensibles a la memoria. No obstante, todos los grupos analizados, independientemente de su nivel de estudios, mostraron un deterioro cognitivo y un envejecimiento de la estructura cerebral prácticamente paralelos a lo largo del tiempo. Así pues, un nivel educativo alto "no protege de manera absoluta" del deterioro cognitivo, pero sí que otorga a la persona "una posición de partida ventajosa" cuando envejece, según Solana.

Actividades que supongan un reto mental a lo largo de la vida

Solana señala que desde la infancia es necesaria no solo una educación rigurosa y profunda, sino que se tienen que desarrollar hábitos saludables, como actividad física, la nutrición, el sueño o una red social satisfactoria, "para compensar el deterioro cognitivo asociado a la edad". Eso sí, el científico avisa: las actividades cognitivas "estimulantes" son útiles no solo de pequeños, sino que se tienen que hacer a lo largo de toda la vida, y es importante que supongan un reto: "Si tocas el piano, seguir tocándolo de mayor no es un reto para tu cerebro, así que lo que tienes que hacer es aprender otro instrumento", ha ejemplarizado.