Ocurre a veces en la ciencia que un descubrimiento acerca de un área en concreto puede ayudar a arrojar luz en la investigación de otras patologías o trastornos. Es lo que ha ocurrido con el estudio de los cambios físicos que se producen en un embrión y el cáncer. En las etapas iniciales, un embrión adquiere un estado casi fluido que permite que sus células se dividan y expandan. A medida que madura, sus tejidos y órganos se reafirman en su forma final.

Un equipo de investigadores del MIT ha descubierto que la forma en que se organizan las células de un tejido puede servir como huella digital para determinar la fase en la que se encuentra ese tejido y han desarrollado un método para decodificar imágenes de las células que permitan determinar rápidamente si ese tejido se parece más a un sólido, líquido o incluso a un gas. Los resultados se han publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.

Los expertos han denominado a su método “huella digital configuracional”, y va a ayudar a los científicos a rastrear los cambios físicos en un embrión a medida que se desarrolla. Pero, antes de eso, ya se está aplicando el método para otra cuestión distinta: estudiar y eventualmente diagnosticar un tipo específico de tejido, los tumores.

En el cáncer, al igual que un embrión, el estado físico de un tumor puede indicar su etapa de crecimiento. Los tumores que son más sólidos pueden ser relativamente estables, mientras que los crecimientos más fluidos podrían ser más propensos a mutar y hacer metástasis.

Los investigadores del MIT están analizando imágenes de tumores, tanto cultivados en el laboratorio como biopsiados de pacientes, para identificar huellas dactilares celulares que indiquen si un tumor es más parecido a un sólido, líquido o gas. El objetivo es determinar rápidamente la fase de un tumor y, en última instancia, la progresión del cáncer.

Tumor cerebral

“Nuestro método permitiría un diagnóstico muy fácil de los estados del cáncer, simplemente examinando las posiciones de las células en una biopsia”, asegura Ming Guo, profesor de ingeniería mecánica en el MIT. “Esperamos que, simplemente mirando dónde están las células, los médicos puedan saber directamente si un tumor es muy sólido, lo que significa que aún no puede hacer metástasis, o si es más parecido a un líquido y un paciente está en peligro”.

El equipo también desarrolló pequeños tumores a partir de células de tejido mamario humano y observaron cómo los tumores crecían en forma de apéndice, lo cual es un signo de metástasis temprana. Cuando mapearon la configuración de las células en los tumores, encontraron que los tumores no invasivos presentaban un desarrollo entre sólido y un líquido, y los tumores invasivos eran más gaseosos, mientras que los apéndices mostraban un estado aún más desordenado.

Ahora están trabajando con muestras de biopsias de cáncer humano, que están obteniendo imágenes y analizando para perfeccionar sus huellas dactilares celulares. Finalmente, prevén que el mapeo de las fases de un tejido puede ser una forma rápida y menos invasiva de diagnosticar múltiples tipos de cáncer.