El martes 28 de septiembre está marcado en el calendario como el comienzo de la Semana del Corazón, una iniciativa de la Fundación Española del Corazón (FEC) “dirigida a concienciar e informar a la población de la necesidad de desarrollar hábitos de vida saludables como medida de prevención frente a las enfermedades cardiovasculares”.
Este tipo de patologías son las más mortales del mundo, y se calcula que cada año se cobran la vida de más de 17 millones de personas. Los principales factores de riesgo cardiovascular son la obesidad y sobrepeso, el colesterol alto, la hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo. Problemas que no sólo no han sido erradicados hoy en día, sino que su incidencia y su efecto dañino van en aumento y afectan a toda la población en general.
Lo cierto es que en la actualidad existe más información que nunca acerca de los factores de riesgo de enfermedades cardíacas. Además, se han desarrollado muchos más fármacos más seguros y los expertos informan a la población acerca de la necesidad de la prevención y cómo llevarla a cabo para frenar esta epidemia. Se han introducido nuevos términos como la prediabetes o la prehipertensión, que han servido para realizar un seguimiento más exhaustivo de los pacientes y de esta forma personalizar tratamientos de prevención de enfermedades cardiovasculares mediante cambios en el estilo de vida o medicamentos que podrían prevenir futuras complicaciones.
Pero, ¿por qué no surte efecto? Este estudio publicado en el International Journal of Epidemiology ofrece algunas claves. En él se hace un seguimiento de las cifras de muertes por estas enfermedades en 23 países ricos de todo el mundo a partir del año 2000. Los resultados concluyen que en casi la mitad de los países, las cifras o se han mantenido o han aumentado. Entre estos últimos, se encuentran por ejemplo EE. UU. y Canadá. Y en los países donde han disminuido las muertes, como Australia, el Reino Unido y Nueva Zelanda, ese porcentaje de reducción ha ido decreciendo prácticamente cada año desde el 2000.
Los expertos piden una mayor inversión en medidas preventivas para mejorar la salud, particularmente aquellas destinadas a aumentar la actividad física, mejorar la dieta y reducir la obesidad. El objetivo, por tanto, es controlar los factores de riesgo para revertir esta tendencia del aumento del tabaquismo, las cifras de hipertensión, colesterol alto, diabetes tipo 2 y obesidad.
Pero a veces, tal y como declaran los expertos, es complicado cuando toda la maquinaria de la industria alimenticia y el marketing va en dirección contraria, sobre todo en los productos destinados a los niños, tal y como puede comprobarse tras hacer una visita simple a un supermercado, donde los alimentos menos saludables son los más visibles y atractivos, tanto para los niños como para la población adulta.
A esto se añaden las máquinas de vending en oficinas y lugares públicos, anuncios en televisión, cartelería en la calle… En definitiva, que la comunicación que realizan los expertos a las personas choca contra el bombardeo publicitario en el que se anima a consumir lo contrario. Y eso es difícil cambiarlo por ahora.