El deterioro cognitivo es inevitable, avanza a medida que pasan los años y no existe remedio para detenerlo por completo. Pero sí se que se pueden tomar una serie de medidas para ralentizarlo. Igual que se sabe que tanto la actividad física como la cognitiva se correlacionan con un mejor rendimiento cognitivo con el paso del tiempo, también está claro que las personas que pasan largos períodos realizando actividades más pasivas, como ver la televisión, tienen más probabilidades de experimentar un deterioro cognitivo más pronunciado. 

Ahora un nuevo estudio analiza esta cuestión desde otro enfoque. Los investigadores, pertenecientes a la Universidad del Sur de Florida, en lugar de evaluar exclusivamente la frecuencia de las actividades para analizar el deterioro de la capacidad cognitiva, han estudiado cómo la variedad de experiencias y aprendizajes tienen un papel fundamental. Según los expertos, llevar a cabo distintas actividades en la vida diaria tiene una incidencia directa en la mejora del rendimiento de las tareas cognitivas del día a día. Es decir, los cambios, son buenos para el cerebro.

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La investigación

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores se centraron en los comportamientos de 732 personas entre los 34 y los 84 años. Todos los días, durante 8 jornadas consecutivas, preguntaron a estas personas si habían participado en alguna de las siguientes siete actividades comunes:  pasar tiempo con niños, realizar trabajo remunerado, llevar a cabo actividades de ocio, involucrarse en tareas del día a día, hacer voluntariado, realizar actividad física y brindar ayuda a las personas de su entorno. Con esta información, proporcionaron a cada participante una puntuación que reflejaba tanto la variedad como la consistencia de la actividad.

Después de 10 años, los científicos hicieron las mismas preguntas al mismo grupo de personas. Al comienzo y al final del estudio, los investigadores evaluaron la función cognitiva de cada participante, que mide una variedad de habilidades cognitivas entre las que se incluyen la fluidez verbal, memoria de trabajo y verbal, velocidad de procesamiento y atención. Los investigadores concluyeron que aquellos que tenían la mayor diversidad de actividad tenían una puntuación más alta de función cognitiva. Y no precisamente porque al hacer más actividades dedicaran más tiempo a las tareas, es la diversidad misma la que marca la diferencia.

Voluntariado

Los científicos también demostraron que esta asociación entre diversas actividades y un mejor rendimiento cognitivo se producía en todos los grupos de edad. El estudio demuestra, por tanto, que un estilo de vida activo y comprometidos con actividades diversas y regulares son esenciales para la salud cognitiva. Y que es mejor escoger una serie de actividades que resulten motivadoras e irlas alternando que dedicarse a una en exclusiva y pasar mucho tiempo a la semana realizándola