Una mayor ingesta de productos lácteos, en concreto de aquellos que contienen las grasas enteras, está relacionada con un menor riesgo de sufrir hipertensión arterial y diabetes. Así lo sugiere una nueva investigación llevada a cabo por expertos de universidades de diferentes países del mundo, como Canadá, India, Polonia y Estados Unidos.

Lo cierto es que está habiendo un aumento progresivo de los casos de diabetes tipo 2 e hipertensión en la sociedad occidental, lo que deriva en graves problemas de salud. En Estados Unidos, donde se ha llevado a cabo el estudio, casi la mitad de la población adulta padece hipertensión. Debido a que una dieta poco saludable es un factor de riesgo significativo para ambos problemas, la mayor parte de las investigaciones se están centrando en este enfoque.

Lácteos

Los productos lácteos son de particular interés, porque forman parte de la alimentación diaria de millones de personas en todo el mundo. El presente estudio ha contado con datos de casi 150.000 personas y finalmente ha concluido que una mayor ingesta de lácteos, especialmente variedades de grasas enteras, protege frente a estas dos patologías. El estudio también apunta a que el aumento del consumo de lácteos con grasa entera se asocia con tasas más bajas de síndrome metabólico, un conjunto de síntomas que aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

El estudio

La investigación se ha publicado en la revista BMJ Open Diabetes Research & Care y abarca 21 países de Asia, América del Norte y del Sur, África y Europa. Los participantes tenían entre 35 y 70 años, y se les pidió una serie de registros de su alimentación con la intención de hacer un seguimiento de 9 años. Entre los productos lácteos en la lista estaban la leche, el yogur, el queso y los platos preparados con lácteos. Los investigadores no incorporaron datos de ingesta de mantequilla y nata en el análisis general, pues no eran de habitual consumo en muchas de las áreas de los participantes.

Los productos lácteos se clasificaron en grasas enteras, como la leche entera, o en bajas en grasas, como la leche descremada. Los investigadores también consideraron información sobre el historial médico, las recetas, la educación, la presión arterial, la circunferencia de la cintura y los niveles de glucosa y grasa en la sangre de cada participante, medidas importantes para determinar si una persona tiene síndrome metabólico o diabetes tipo 2.

Los resultados del estudio mostraron que, de media, las personas tomaban alrededor de 180 gramos de lácteos por día, un poco menos que un vaso de leche o una taza de yogur. Las personas de Europa y América del Norte y del Sur, tomaban más lácteos que los de Asia y África y, generalmente, bajos en grasa, mientras que los de otras regiones consumen más variedades de grasas enteras. 

Cereales

Al analizar las asociaciones, los investigadores demostraron que tomar al menos 2 porciones de lácteos por día estaba asociado con un riesgo de hasta un 28% menos de sufrir síndrome metabólico, en comparación con los que no tomaban lácteos. En cuanto la hipertensión y diabetes, presentaron de un 11 a 12% menos de riesgo de sufrirlas. Los expertos dicen que, aunque los resultados de este estudio puede resultar contradictorios en tanto en cuanto los productos con grasas enteras podrían resultar menos saludables que los de grasa reducida, lo cierto es que los primeros proporcionan proteínas de alta calidad y una amplia gama de vitaminas y minerales esenciales, incluidos calcio, magnesio, potasio, zinc, fósforo y vitaminas A, B-12 y riboflavina.