Todos aquellos que han sido diagnosticados con COVID-19 y que padecen los síntomas característicos de la enfermedad de una forma leve y en casa, deben tener en cuenta una serie de recomendaciones para los días de cuarentena, entre ellas las de carácter dietético. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición subraya que es importante no incrementar la cantidad de alimentos diarios ingeridos, sino aumentar la densidad calórica y proteica de los mismos. Es decir, aportar una mayor cantidad de nutrientes en porciones de alimento pequeñas.

Comida sana

Para empezar, se recomienda aumentar el número de comidas al día: en lugar de cinco, mejor de seis a diez, aunque de menor cantidad. Hay que masticar bien y comer despacio y, si se tiene poco apetito, procurar empezar siempre por el alimento proteico. Aunque quizá apetezca más, no hay que basar la alimentación en estos días en sopas o caldos, porque no aportan demasiados nutrientes. Eso sí, fuera de las comidas hay que tomar abundantes líquidos (agua o infusiones). En este sentido, como la hidratación es muy importante, se puede tomar también zumos naturales o batidos caseros entre horas.

Para aumentar el aporte calórico de una forma saludable, estos son algunos consejos. Por ejemplo, siempre que sea posible, consumir pan multicereales o con semillas, con pasas, con frutos secos, etc. La fruta no ha de tomarse sola, sino acompañada por yogur o en batido, etc. Los frutos secos también son muy adecuados, así como las grasas saludables, como el aceite de oliva –se recomienda emplear al menos 4 cucharadas soperas al día, preferiblemente aceite de oliva virgen extra–, el aguacate o la mantequilla natural.

Tanto en la comida como en la cena se debe incluir proteína: carne (150 g), huevo (2 unidades) o pescado (150 g). Para dar sabor a las comidas se pueden utilizar hierbas aromáticas, como el perejil, el pimentón, el orégano, la pimienta. También son muy adecuadas las salsas elaboradas con ingredientes naturales para acompañar a los platos: mayonesa, bechamel, salsa rosa, etc. Pero siempre en cantidades modestas.

Brócoli

La leche se recomienda tomarla en su versión entera, incluso aquellas que están enriquecidas con proteínas. En caso de intolerancia a la lactosa se puede tomar sin lactosa o bebidas vegetales con la de avena, arroz, soja, etc. También, en los purés, se puede añadir leche, nata o quesitos. En las verduras, para enriquecerlas, se recomienda acompañarlas de jamón picado, huevo o carne. Las legumbres se pueden servir con un poco de arroz, poco caldosas y acompañadas de proteína.

Por último, también son aconsejables las conservas de pescado y moluscos, como las de atún, anchoas, sardinas, pulpo, mejillones, caballa, y las de legumbres (garbanzos, lentejas, alubias, etc.).