La aclamada serie de HBO Chernobyl, que está levantando pasiones en todo el mundo y que se ha situado como número uno en puntuación en la lista de IMDB por delante de Breaking Bad, The Wire, Los Soprano o Juego de Tronos, ha vuelto a traer el recuerdo de la mayor catástrofe nuclear de la historia.

En la madrugada del 26 de abril de 1986, una cadena de fallos técnicos y humanos durante una prueba de seguridad en la central nuclear Vladimir Ilich Lenin situada en Ucrania, provocó la explosión y posterior exposición del núcleo del reactor 4 de esta construcción, liberando a la atmósfera una cantidad elevadísima de material radiactivo.

Según un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica, durante los diez días siguientes a la explosión, continuó una intensa liberación de gases y aerosoles radiactivos que contaminaron el terreno en distintas direcciones y a considerables distancias de la central. El 6 de mayo de 1986 se estimó que la liberación total de sustancias (excluidos los gases nobles radiactivos) era de aproximadamente el 3,5% del inventario total de radionucleidos existentes en el reactor en el momento del accidente, entre los que se encuentraban el estroncio 90, el yodo 131 y el cesio 137. Todos ellos altamente peligrosos para la salud de las personas.

La nube radiactiva generada se extendió pronto al resto de Europa y parte del mundo. De hecho, ante el silencio de la antigua Unión Soviética, fueron las autoridades suecas las que dieron la voz de alarma al detectar altos niveles de radiactividad en el aire. El siguiente vídeo publicado por el Instituto de la Protección Radioactiva y Seguridad Nuclear, que simula el desplazamiento de la nube basado en la reconstrucción de las condiciones meteorológicas en esos días, refleja claramente como se extendió a Rusia, Bielorrusia, Suecia, Finlandia, Austria, Noruega, Bulgaria, Suiza, Grecia, Eslovenia, Italia o el Reino Unido, entre otros.

¿Y en Catalunya?

En el vídeo se muestra cómo la dirección del viento impidió que la nube llegara a España, aunque existe una cierta controversia, puesto que la organización Greenpeace en un informe publicado en 2006 aseguraba que se detectaron “cantidades de radiactividad menores, pero importantes”, especialmente en Catalunya y Baleares. Lo cierto es que los efectos para la salud de las personas de este catastrófico accidente no están muy claros, puesto que existe una gran divergencia entre unos informes y otros. Según publicó la ONU, el accidente produjo 59 muertes confirmadas por radiación y entre 4.000 y 9.000 más previstas para el futuro debido a la exposición al material tóxico.

En Europa, el famoso informe TORCH elaborado por el Partido Verde Alemán asegura en cambio que la cifra de muertes puede variar entre las 30.000 y las 60.000 personas. Greenpeace ha publicado que se producirán 270.000 casos de cáncer sólo atribuibles a la lluvia radiactiva de Chernóbil, de los que 93.000 serán probablemente fatales.

Otro informe de 2006 elaborado por la filial alemana de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear concluye que más de 10.000 personas actualmente se encuentran afectadas por cáncer de tiroides y que se espera que la cifra ascienda a 50.000. Además, recoge que se han observado en recién nacidos 10.000 deformidades y  5.000 muertes debido también a la exposición a largo plazo. Lo cierto es que la controversia es enorme y a día de hoy, es muy difícil concluir exactamente cuál ha sido la repercusión de la explosión de esta central nuclear para la salud de los europeos.