El mercado de los suplementos alimenticios es inmenso y no hace más que crecer. Los hay para todos los tipos, desde aquellos que aportan nutrientes para evitar estados carenciales o mejorar el estado del organismo a los que están más destinados a mejorar nuestro aspecto físico. Son aquellos que llevan ingredientes para la piel y que prometen ofrecer una mejor apariencia desde dentro hacia fuera, en lugar de la acción que llevan a cabo los productos cosméticos. Pero ¿son de fiar? ¿Realmente un suplemento puede mejorar notablemente el rostros, hacer reducir arrugas, aportar luminosidad o evitar la pérdida de flacidez al cabo de los años?

Estos productos se presentan en diferentes formatos: polvos, píldoras, jarabes e incluso barras de cereales y, tal y como se publicitan, deberían formar parte de nuestra rutina de belleza de la misma forma que un protector solar o una crema hidratante. Lo cierto es que la alimentación tiene una implicación directa en el aspecto de nuestra piel, tal y como lo demuestra el hecho de que seguir una dieta equilibrada. Las células de nuestra piel crecen desde dentro hacia fuera, por lo que los nutrientes que recibimos son esenciales para una correcta regeneración epidérmica. Por lo tanto, sí pueden cumplir una buena función, siempre y cuando sean de calidad y tengan una cantidad suficiente del activo que dicen poseer. 

Piel de las manosSi los suplementos son de calidad, pueden reportar buenos beneficios para la piel

Los suplementos que contienen ingredientes como colágeno, ácido hialurónico y biotina pueden ser beneficiosos. A medida que envejecemos, perdemos especialmente colágeno y ácido hialurónico, que es lo que nos produce las arrugas y la pérdida de firmeza en la piel. Algunos de estos suplementos contienen pequeños fragmentos de colágeno, que se absorben fácilmente, especialmente cuando se disuelven en un líquido, por lo que esto agrega más colágeno a la piel. Los que contienen ácido hialurónico pueden ayudar a mantener la piel hidratada y tersa.

Los probióticos también pueden ser útiles, especialmente para aquellas personas con afecciones cutáneas como eccema y psoriasis. Pero también existen muchos en el mercado que no aportan las dosis adecuadas, por lo que en estos casos lo mejor es preguntar al médico o al nutricionista antes de tomar alguno nuevo y asegurarse de que cumple con las recomendaciones.

De hecho, se debería consultar en cualquier caso. Por ejemplo, un suplemento que contenga altas cantidades de vitamina C podría causar efectos secundarios desagradables como una diarrea. Los niveles altos de vitaminas también se han relacionado con el riesgo de cálculos renales. Y tampoco es recomendable tomar antioxidantes en forma de suplemento, ya que pueden convertirse en prooxidantes en grandes cantidades.

MujerHay que consultar siempre con un especialista qué suplementos y cuánta cantidad de los mismos se ha de tomar

Pero siempre hay que tener en cuenta algo: ningún suplemento tiene la capacidad de volver nuestra piel como hace diez años o nuestro cabello suave como cuando éramos jóvenes. De hecho, las líneas y arrugas profundas no se beneficiarán mucho de un suplemento, por lo que hay que tener presente que, como mucho, mejorarán el estado de nuestra piel, pero no la transformarán.