Los expertos lo tienen claro: no se debe sustituir un tratamiento convencional del cáncer en favor de un tratamiento alternativo. Pero eso no quiere decir que, en determinados aspectos como la alimentación, no se puedan llevar a cabo estrategias y hábitos que pueden ayudar a luchar contra la enfermedad. Es el caso de la dieta cetogénica, según se concluye en algunos estudios como esta revisión.

La dieta keto es una dieta muy baja en carbohidratos y alta en grasas que produce en el cuerpo un estado metabólico llamado cetosis, por el cual, la grasa se convierte en la principal fuente de energía de su cuerpo. En general, proporciona el 70% de las calorías en forma de grasa, con el 20% de las calorías de las proteínas y el 10% de las calorías de los carbohidratos.

Pollo verdurasLa mayor parte de las calorías de la dieta keto proceden de las grasas

Casi todas las células cancerosas comparten un rasgo común: se alimentan de carbohidratos o azúcar en la sangre para crecer y multiplicarse. Cuando sigue una dieta cetogénica, los niveles de azúcar en la sangre bajan mucho, lo que parece que produce una inanición que provocaría que las células cancerosas crezcan más lentamente, disminuyan de tamaño o incluso mueran.

Pero no solo eso. Reducir los carbohidratos puede reducir rápidamente la ingesta de calorías, disminuyendo la energía disponible para las células de su cuerpo. A su vez, esto podría ralentizar el crecimiento del tumor y la progresión del cáncer. Además, las dietas cetogénicas pueden aportar otros beneficios, como la reducción de la insulina, una hormona anabólica, que ayuda a la reproducción celular. Por lo tanto, los niveles más bajos de insulina podrían retrasar el crecimiento del tumor. En cambio, las células cancerosas no pueden usar cetonas como combustible. La investigación en animales muestra que las cetonas pueden reducir el tamaño y el crecimiento del cáncer. Todavía hace falta mucha más investigación al respecto, pero es un campo interesante para avanzar.

Los diferentes estudios que se han hecho en animales han demostrado que una dieta cetogénica puede reducir el crecimiento tumoral y mejorar las tasas de supervivencia. Por ejemplo, en esta investigación, en comparación con una dieta estándar, la dieta cetogénica produjo una disminución significativa en el crecimiento del tumor y aumentó el tiempo medio de supervivencia en un 56,7% (el equivalente a unos 17 días). Este número aumentó al 77,9% (o alrededor de 24 días) cuando se combinó con la terapia de oxígeno.

Plato ketoEl reto para la ciencia es descubrir si la dieta keto ayuda a frenar algunos tumores como se ha probado en animales

Otro estudio también demostró que el uso de una dieta muy baja en carbohidratos para restringir los niveles de glucosa previene el crecimiento de tumores de carcinoma de células escamosas en ratones con cáncer de pulmón o cáncer de esófago. Los sujetos del estudio recibieron solo el 0,1% de sus calorías de los carbohidratos. La dieta fue incluso más eficaz para prevenir el crecimiento tumoral cuando se combinó con el medicamento para la diabetes canagliflozina.

Sin embargo, hay que decir que, a pesar de la evidencia prometedora en animales, la investigación en humanos apenas está emergiendo y se limita en gran medida a estudios de casos. Gran parte de ellos sobre el cáncer se centra en los glioblastomas, que son tumores cerebrales particularmente agresivos.