Se calcula que existen unas 10.000 aplicaciones de salud mental disponibles para los usuarios de teléfonos móviles y tabletas. Algunas de ellas incluyen clases guiadas de meditación, telepsiquiatría, terapia online, planes para recuperarse de una depresión, etc. Y son de las apps con más descargas en todo el mundo.

Por un lado, es reflejo del interés que existe por parte de las personas por encontrarse mejor y ser más felices, pero existe un cierto escepticismo en la comunidad científica acerca de su validez, porque algunos sustituyen los servicios que ofrecen por el tratamiento de un especialista médico.

Móvil

La mayor parte de estas aplicaciones no han sido desarrolladas por especialistas y los servicios que ofrecen no tienen ninguna evidencia de su efectividad. Eso no significa que otras, que sí que han sido creadas por expertos, no tengan validez y puedan suponer una herramienta útil, aunque es cierto que la mayor parte de la gente no distingue unas de otras.

Si bien en algunos casos pueden suponer una ayuda, como por ejemplo para tener una buena higiene del sueño, como herramienta para llevar a cabo un registro de una dieta, una actividad física o incluso como complemento en una terapia psicológica, en ningún caso deberían sustituir a un profesional. Si alguien tiene una enfermedad mental crónica y tiene una recaída, por poner un ejemplo, estas aplicaciones no detectan el problema y pueden ser completamente contraproducentes y agravar el problema.

Según los expertos, el futuro estará en las apps que sean fruto de una investigación científica y hayan sido avaladas como tales. Ya existen algunas desarrolladas por universidades, como por ejemplo una que ha creado un equipo de expertos de la Universidad de Colorado en Boulder, que utiliza tecnologías de aprendizaje automático para clasificar el estado de la salud mental de las personas y ayudar a los médicos a controlar mejor a sus pacientes. 

La aplicación funciona al detectar cambios diarios en los patrones del habla, que a menudo coinciden con fluctuaciones en la salud mental. Por ejemplo, los cambios en el tono o el ritmo pueden ser un síntoma de manía y depresión. O el discurso desarticulado como un síntoma clave de la esquizofrenia.

En los primeros ensayos llevados a cabo, se ha demostrado que puede ser tan precisa para detectar estos síntomas como los médicos en ciertas situaciones. Pero el objetivo de la aplicación no es reemplazar a los médicos, sino ayudar a transformar la evaluación conductual y clínica al brindar a los profesionales de la salud mental otra herramienta para captar las señales de advertencia. 

Médico

En la Universidad de Yale también se están desarrollando aplicaciones para  ayudar a las personas que consumen drogas y alcohol. Pero todas ellas se encuentran en fase de estudio y todavía pasará algún tiempo hasta que puedan estar disponibles.

Mientras tanto, la mayoría de las que existen por ahora no cuentan con respaldo científico del todo fiable. Por eso, en cualquier caso, la recomendación es siempre consultar primero con un especialista antes de llevar a cabo cualquier tipo de tratamiento a través de las aplicaciones disponibles en la actualidad.