El autocontrol se define como la capacidad de humana de regular sus impulsos de forma voluntaria. Es un aspecto fundamental de nuestra personalidad, que nos ayuda a lograr un equilibro en nuestra vida y a convivir en sociedad. En principio, el autocontrol tiene que ver con el carácter de cada persona, con tener ser más o menos impulsivos.

Sin embargo, las investigaciones en neurociencia han arrojado luz sobre cómo determinadas cuestiones que tienen que ver con el comportamiento pueden variar, porque el cerebro se transforma continuamente de forma y determinadas habilidades pueden entrenarse.

Tumbado

No se puede hablar de autocontrol emocional sin tener en cuenta un punto fundamental: el estrés. El alto porcentaje en nuestra sociedad que tiene problemas con el estrés dificulta el control de los impulsos. A mayor estrés, menor capacidad de controlar la emoción.

Daniel Goleman, un famoso psicólogo cuyo libro Inteligencia emocional ha tenido una gran repercusión mundial, señala el autocontrol como un elemento básico de la inteligencia emocional. Las conductas impulsivas tienen efectos negativos sobre las personas, pues con el tiempo desarrollan baja tolerancia a la frustración, problemas de autoestima, desorganización, ausencia de atención o planificación del tiempo, entre otras consecuencias.

A día de hoy, hay muchas terapias que están especializadas en el control del impulso. De hecho, en algunos casos es muy aconsejable acudir a un médico para que preste ayuda a afrontar el problema. Pero a diario y desde casa también se puede poner en práctica una serie de ejercicios que nos pueden ayudar en este sentido. Un aspecto fundamental es tomar conciencia de nuestras propias emociones. Y para ello, se pueden identificar los acontecimientos que producen reacciones desmesuradas en nosotros y, a continuación, las propias emociones que nos despiertan.

Para distinguir aquellas emociones que nos están perjudicando, una buena solución es recurrir a las técnicas de visualización, cuyo objetivo es acercarse a los acontecimientos y a la reacción que provocan desde una perspectiva distinta. En este proceso, a veces es adecuado practicar la distancia emocional, o lo que es lo mismo, desvincularse de la emoción y mirarla desde fuera para tener una mayor conciencia de ella.  

Visualización

Otras técnicas más fisiológicas muy útiles también pueden ser de mucha ayuda. El control de la respiración o la relajación, por ejemplo. Se deben practicar diariamente, para que resulten más inmediatos y se pueden utilizar cuando percibimos que nuestras emociones puede descontrolarse y no somos capaces de hacer frente a los estímulos. En definitiva, poner el caso en  manos de expertos para trabajar en el autocontrol y alcanzar un mayor equilibro en tu vida.