Aunque el mal olor de pies puede ser una condición que acompañe durante todo el año, lo cierto es que en verano, este problema se puede acentuar. Las causas son múltiples: las altas temperaturas pueden provocar que sudemos en exceso, también se puede producir un aumento de los contagios de hongos en las piscinas, en ocasiones se utiliza un calzado de plástico como las chanclas que puede favorecer una mala transpiración, aunque parezca lo contrario… en definitiva, que nos podemos encontrar con este problema que puede resultar muy embarazoso a cualquier edad. 

Existen muchos tratamientos para evitar este problema, aunque la primera opción siempre sería acudir a un especialista. Sobre todo para descartar que el mal olor pueda deberse a la presencia de algún microorganismo determinado. En estos casos, se debe recetar alguna pomada antimicótica cuya función es eliminarlo, con lo que, en principio, se acabaría el problema. Pero siempre debe ser el especialista el que lo determine. De la misma forma, si estamos usando un calzado inadecuado, es el más indicado para señalarlo. Lo mismo ocurre si sufrimos hiperhidrosis o sudoración excesiva, una trastorno que tiene tratamiento médico y que puede acabar con el problema.

Zapatillas

En todo caso, en nuestra rutina diaria en verano, también se pueden llevar a cabo una serie de actos que pueden ayudarnos a eliminar el mal olor. Por ejemplo, usar un jabón suave y un cepillo para limpiar los pies de forma concienzuda cada mañana en la ducha o por la noche antes de ir a la cama. Un lugar importante que a veces se olvida es el espacio entre los dedos, donde se suelen acumular las bacterias. Y, aunque ahora en verano no suela ocurrir, está bien asegurarse de que no se queden húmedos los pies, sobre todo si se está expuesto al aire acondicionado. Un buen truco es utilizar algodón mojado en alcohol y aplicarlo sobre los pies para evitar la proliferación de bacterias.

Si haces deporte, asegúrate de cambiarte de calcetines dos veces al día, porque aumentan las posibilidades de que el olor sea aún más intenso. Sobre todo si hace mucho calor en el ambiente. Además, los calcetines han de ser suaves y hechos de materiales naturales o calcetines deportivos para favorecer la transpiración en la piel. También hay que evitar utilizar los mismos zapatos dos días seguidos, para que se puedan secar completamente y no mantengan ningún tipo de humedad.

Ahora es tiempo de sandalias y de poder andar descalzo en casa, manteniendo los pies al aire el máximo tiempo posible. Además, se deben mantener las  uñas cortas y limpiarlas con un cepillo específico, porque suelen acumular suciedad y bacterias que pueden provocar mal olor.

Pies zapatillas

Por último, no te olvides de retirar la piel dura y muerta de los pies, porque cuando se mantiene húmeda se ablanda en exceso y se convierte en un espacio ideal para las bacterias.