Miles de millones de personas utilizan cada día las redes sociales. Solamente en Facebook, según los últimos datos, 2.271. Youtube le sigue, con 1.900.  Instagram registra mil millones de usuarios diariamente… son cifras apabullantes que ponen de manifiesto la importancia de estas plataformas en las vida de las personas.

Los influencers

Especialmente llamativo es el caso de los influencers, personas que congregan a millones de seguidores a través de sus cuentas y que ejercen una notable influencia en la vida de quienes los siguen, hasta el punto de convertirse en los principales prescriptores de cuestiones relacionadas con la actualidad, la política, la moda, el ocio o la salud. Este último ámbito está preocupando cada vez más a la comunidad científica, pues apenas existe rigor en las publicaciones sobre salud y bienestar.

Recientemente se ha celebrado en Glasgow el Congreso Europeo sobre Obesidad, en el que se han analizado las investigaciones más novedosas relacionadas con la alimentación y la perdida de peso. Uno de los estudios más curiosos que se ha presentado tiene que ver precisamente con esta cuestión. Se trata de una investigación que concluye que, en el Reino Unido, sólo uno de cada nueve influencers de salud y pérdida de peso compartía en sus redes sociales consejos basados en la ciencia.

En el Reino Unido sólo uno de cada nueve influencers de salud y pérdida de peso compartía en sus redes sociales consejos basados en la ciencia

“Hemos descubierto que la mayoría de estas personas no puede considerarse fuente creíble de información sobre el control del peso, ya que a menudo presentan sus opiniones como hechos y no cumplen con los criterios nutricionales de la comunidad científica”, afirma la responsable del estudio, profesora y experta de la Universidad de Glasgow, Christina Sabbagh, que mostró su preocupación ante el predicamento de estas personas sobre sus miles de seguidores.

El estudio

Para llevar a cabo el estudio se seleccionó a determinados influencers según una serie de especificaciones, como contar con más de 80.000 seguidores en las redes sociales o en sus blogs y tener perfiles activos sobre dietas y planes de alimentación. Se aplicaron criterios como el cumplimiento de estándares nutricionales verificados, la transparencia o la confianza que mostraban sus seguidores hacia ellos. Además, se seleccionaron las recetas de comida que incluían en sus publicaciones y se analizó su contenido en carbohidratos, proteínas, grasas, grasas saturadas, fibra, azúcar y sal. Las bases científicas sobre las que se realizó el estudio se basaron en las recomendaciones de la Agencia de Salud del Reino Unido (Public Health England).

De los nueve influencers incluídos en el estudio, solo uno pasó la prueba y se consideró que estaba dando consejos adecuados. También era el único que tenía titulación específica en nutrición de entre todos los analizados. De las recetas, sólo tres cumplían los criterios exigidos por los expertos.

Los autores de la investigación mostraron su alarma por estas conclusiones.  “La información que transmiten estas personas y que ejercen una notable influencia en aquellos que les siguen diariamente puede socavar los esfuerzos de quienes difunden información basada en la evidencia científica”, afirman.

Ante la imposibilidad de ejercer un control de las publicaciones en las redes sociales, los investigadores han propuesto desarrollar un sistema de verificación, por el cual se pueda otorgar una especie de credencial a los influencers para asegurarse de que cumplen con una serie de criterios que avalen sus publicaciones.