En cualquier relación de pareja, puede ocurrir que uno de los dos tenga más iniciativa o más capacidad para organizar los planes o la convivencia. Lo más adecuado es lograr una especie de equilibrio, pero hay veces que uno de los dos miembros termina por ocupar el espacio del otro, invadiendo su espacio personal. En muchos casos, el otro tiende a inhibirse y resignarse, lo que suele provocar un estado de insatisfacción. Se trata de un problema que afecta a muchas parejas, y algunas no se dan cuenta. Muchas veces el que controla no suele percibir nada extraño, porque forma parte de su personalidad.

Sin embargo, aunque a veces parece que el que se deja controlar se resigna, normalmente el malestar persiste y con el tiempo puede generar nuevos conflictos. Es importante señalar que tener una personalidad fuerte no lleva implícito el deseo de controlar a la pareja hasta el punto de robarle su espacio. Por eso el que se siente controlado no debe retraerse, sino que ha de hacer ver al otro el modo en el que le está tratando y la dificultad que tiene para desarrollar su personalidad en un espacio tan asfixiante.

Pareja enfado

Normalmente, la necesidad de controlar al otro esconde problemas graves de autoestima. Es la propia inseguridad la que lleva a estas personas a querer anular a su pareja con el objetivo de afirmarse. Pero imponer siempre una posición cuando la pareja no se siente libre para poder asumirla genera conflictos en ambas partes y los individuos controladores lo descubren tarde o temprano.

En parejas que se sienten incapaces de cambiar su forma de relacionarse es aconsejable acudir a una terapia, en la que se ha de poner de manifiesto qué es lo que lleva al controlador a anular a su pareja, cuál es el motivo de su inseguridad y cómo puede solucionarse. El trabajo consiste en desplazar el punto de atención que ha puesto sobre su pareja y trabajar con el controlador profundizando en sus motivaciones. La comunicación entre ambos es fundamental para comprender y aceptar esta situación.

En ocasiones, el controlador suele tener posiciones muy reivindicativas que dificultan la comunicación, porque necesita quedar por encima y centrar la atención para que sus criterios prevalezcan. Por eso, la persona que se siente controlada debe realizar un gran esfuerzo para no acomodarse a la situación  hacer ver al otro para que comprenda el daño que le está haciendo.

En los últimos años, el hecho de que la mujer haya ganado fuerza en la sociedad y mayor peso en las relaciones está provocando la aparición de parejas masculinas que presentan inseguridad y que buscan su lugar en la pareja mediante el control. Son personas que no acaban de encontrar su sitio y se sienten desplazados frente a las mujeres y tratan de buscar su lugar ejerciendo un control sobre la otra persona.

Novios

Se trata en cualquier caso de una situación tóxica que puede derivar en problemas más graves si no se toman medidas antes. Es importante el diálogo si existe voluntad de cambio y, en el caso de que se produzca una resistencia a eliminar este tipo de actitudes, hay que replantearse de algún modo la relación porque si la situación no cambia, a la larga está destinada a un gran fracaso.