Cuando pensamos en un paraguas, a menudo lo relacionamos con la lluvia. Pero cada vez más, este objeto tradicional se está convirtiendo en un aliado clave para protegernos del sol de verano. En ciudades con altas temperaturas y una exposición solar intensa, llevar un paraguas para protegerse del sol no es ninguna excentricidad, sino una decisión inteligente para la salud de la piel. Si alguna vez habéis mirado a los turistas asiáticos con cara de que se han vuelto locos por llevar paraguas cuando no llueve, quizás ahora cambiaréis de opinión.

Los dermatólogos recuerdan que los paraguas ofrecen una barrera física inmediata contra los rayos ultravioletas, especialmente útil cuando estamos caminando por la calle y no nos podemos estar aplicando crema solar continuamente. Además, los paraguas pueden reducir la exposición directa a la radiación hasta un 70%, siempre que utilicen correctamente y que el tejido sea adecuado.

¿Cómo tiene que ser un buen paraguas para el sol?

Los paraguas para protegerse del sol no son exactamente iguales que los convencionales. Para ser efectivos, tienen que tener:

  • Tejido con protección UV (busca etiquetas como UPF 50+).

  • Color oscuro o metalizado en la cara exterior (refleja la luz solar).

  • Interior de color negro u opaco para evitar la reflexión de los rayos.

  • Diámetro amplio para cubrir cara, cuello y hombros.

  • Ligereza y portabilidad, para poder llevarlo fácilmente en el bolso o mochila.

También hay reversibles o con mangos cortos, pensados específicamente para uso urbano.

El uso del paraguas solar es habitual en muchos países asiáticos como Japón, Corea del Sur, China o Tailandia, donde la conciencia sobre la protección solar está muy arraigada. En Tokio, por ejemplo, es habitual ver mujeres (y cada vez más hombres) caminando con paraguas de diseño específico para evitar las quemaduras solares y prevenir el envejecimiento prematuro de la piel. Estos países también asocian el bronceado intenso con condiciones laborales más duras, de manera que la piel clara se ha valorado históricamente como un signo de bienestar. Sea por motivos culturales o médicos, el resultado es lo mismo: una protección solar más completa y eficiente.

Complemento, no sustituto

Es importante remarcar que el paraguas no sustituye el uso de protección solar, especialmente en zonas expuestas como la nariz, las mejillas o las manos. Los expertos recomiendan combinar la sombra del paraguas con:

  • Crema solar con SPF 30 o superior

  • Gafas de sol con filtro UV

  • Sombreros o gorras, especialmente en actividades al aire libre

Así pues, en un contexto de veranos cada vez más intensos y con una exposición solar prolongada, incorporar un paraguas como herramienta de protección no es solo una cuestión de moda, sino de salud. Tal como recomiendan los dermatólogos, toda medida que ayude a reducir el impacto de los rayos ultravioletas es bienvenida, y el paraguas solar es una solución práctica, económica y efectiva.