42 kilómetros y 195 metros. Esa es exactamente la distancia que hay que recorrer para hacer una maratón. Cuando Filípides hizo el camino desde Atenas hasta Esparta para avisar de la necesidad de enviar refuerzos para la que guerra que estaba teniendo lugar, no se imaginaba que 2.500 años después, se convertiría en toda una moda que realizan año tras año cientos de miles de personas en todo el mundo.
Ahora un nuevo estudio viene a reforzar la idea de que tiene beneficios para la salud, puesto que según parece, reduce la edad vascular de quienes lo practican. En concreto, y según un equipo de expertos del Barts Health y el University College de Londres, hasta cuatro años.
El estudio
Los científicos evaluaron a 138 corredores novatos que se entrenaban para la maratón de Londres. Durante seis meses, sus arterias recuperaron elasticidad, lo que reduce el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Pero no solo eso. Su presión sanguínea también disminuyó drásticamente. Es decir, su salud cardiovascular mejoró de manera destacable.
La investigación parece poner en evidencia a los que dicen que, correr una maratón, en realidad es nocivo para nuestro organismo, pues le supone un esfuerzo agotador y porque puede provocar problemas en huesos y articulaciones.
Lo cierto es que, según los expertos, para la mayoría de las personas, los beneficios de hacer ejercicio superan con creces cualquier riesgo. Esto no quiere decir que antes de entrenar y correr no se deba acudir a un especialista para asegurarse de la idoneidad de hacer esta carrera, pero si no hay problemas preexistentes, es un buen ejercicio. De hecho, los que más beneficios obtuvieron fueron los que estaban menos en forma de antemano.
Según destacan miembros de la British Heart Foundation (BHF), que financió el estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology, todo parece indicar que haciendo menos ejercicio también se pueden lograr beneficios importantes, sobre todo, en aquellos que se ven incapaces de correr una maratón.
Pero si alguien se decide, debe seguir unos consejos. En primer lugar, comenzar meses antes de la carrera, para asegurarse llegar en buena forma. Para una persona que acaba de empezar, lo mejor es alternar las caminatas con carreras a una velocidad moderada. Nada más comenzar, basta con hacer dos o tres repeticiones en las que durante cuatro o cinco minutos se camine con paso rápido para después correr de forma ligera durante otros dos o tres minutos.
Se puede realizar tres o cuatro días a la semana. Y luego, a medida que pasen los días, se tiene que ir disminuyendo el número de minutos dedicados a caminar mientras que se aumentan los de carrera. Tienen que pasar varias semanas para ir aumentando los minutos y la intensidad.
Por lo general, se dice que bastan cuatro meses para preparar bien la carrera, pero lo cierto es que depende de cada persona. A algunos se les puede quedar un poco corto y necesitan un periodo de adaptación más largo, sobre todo los principiantes que se encuentran en baja forma. Lo mejor es ponerse metas realistas y no ser demasiado exigente, en el sentido de que se pueda provocar alguna lesión no deseada. Si se hace bien, la mayor parte de las personas lo pueden lograr.