A partir de los 40 años, la grasa que se acumula en el abdomen afecta a nuestra salud de una manera global. Además de incrementar el riesgo de padecer determinadas enfermedades cardiovasculares –y por increíble que pudiera parecer–, también puede reducir la agilidad mental, tal y como ha quedado de manifiesto en un estudio de la Universidad Estatal de Iowa que se ha publicado en Brain, Behavior and Inmunity.

Los expertos que han participado en este trabajo analizaron datos de 4.431 hombres y mujeres con un rango de edad entre los 40 y los 69 años y sin deterioro cognitivo y procedentes del Reino Unido. En concreto, examinaron la relación que los cambios en la grasa abdominal subcutánea y la masa muscular magra tenían con las transformaciones en la fluidez de la inteligencia un período de 6 años. La inteligencia fluida hace referencia al razonamiento, el pensamiento abstracto y la resolución de problemas en situaciones nuevas, independientemente de cuánto conocimiento haya adquirido la persona. 

Hombre sobrepeso

Pues bien, el análisis demostró que la inteligencia fluida tendía a reducirse con la edad en aquellos participantes que tenían más grasa abdominal. Y en contraste, tener más masa muscular, protegía frente a esos cambios. El equipo de especialistas también descubrió que el efecto de la masa muscular era mayor que el de tener más grasa corporal. Estos vínculos permanecieron incluso después de que los investigadores ajustaron los resultados para eliminar los efectos de otros factores, como la edad cronológica, el nivel socioeconómico y el nivel educativo.

Los investigadores relacionan el papel del sistema inmune en los vínculos entre la inteligencia fluida, la grasa y los músculos. Al parecer, el hecho de tener un índice de masa corporal (IMC) más alto, se asocia con una mayor actividad inmune en la sangre. Esta actividad puede desencadenar reacciones inmunes en el cerebro que alteran la memoria y el pensamiento. Esos estudios no han podido determinar si una mayor grasa, masa muscular o ambas desencadenan la actividad inmune porque el IMC no distingue entre ellas, pero los expertos están bastante convencidos de que puede ser así.

También es curioso que en el estudio encontraron diferencias entre hombres y mujeres. En las mujeres, descubrieron que los cambios en dos tipos de glóbulos blancos (linfocitos y eosinófilos) explicaban el vínculo entre el aumento de la grasa abdominal y la reducción de la inteligencia sobre los fluidos. La explicación para los hombres, sin embargo, fue muy diferente. En su caso, la mitad del vínculo entre la grasa corporal y la inteligencia de fluidos involucraba basófilos, otro tipo de glóbulo blanco.

Ciclista

A modo de conclusión, los científicos creen que es especialmente importante para las personas a medida que se acercan a la mediana edad continuar haciendo ejercicio para mantener la masa muscular. El entrenamiento de resistencia, es particularmente importante, sobre todo para las mujeres, porque tienen una mayor tendencia a reducir la masa muscular que los hombres.