Cuando una actividad se pone muy de moda y continuamente aparecen informaciones sobre ella, suele despertar dos tipos de reacciones. Una primera de adhesión para conocerla y disfrutar de sus beneficios y otra de rechazo por saturación. Con la meditación ha pasado algo parecido.

En los últimos años, esta técnica que se asociaba a los hippies y a cierto perfil de personas, ha sido objeto de un gran número de estudios que han tenido una gran difusión entre los medios de comunicación y la población, en los que se ponía de manifiesto los beneficios que acarrea. Pero lo cierto es que este sentimiento de rechazo no está justificado, porque con el ritmo de vida de la mayor parte de la gente, la meditación puede ser de gran ayuda para reducir los niveles de estrés y mejorar el día a día de las personas.

Ventana (1)

Son muchas las investigaciones que han concluido que deberíamos meditar unos minutos cada día. Además del estrés, suele reducir los síntomas de depresión, mejora la función inmune y ayuda a controlar el dolor, entre otros aspectos.

Asimismo, la meditación no tiene por qué corresponderse con la imagen que muchos tienen de alguien sentado en una postura típica y que parece que esté en trance. Se puede meditar caminando y calmar la mente enfocado en la respiración, en las zancadas o en los movimientos de brazos y piernas. O haciendo yoga u otras disciplinas deportivas, o escuchando con atención la música, especialmente la música sin letra.

También se puede meditar haciendo una tarea diaria como cocinar, realizando tareas del hogar o incluso vistiéndose. El caso es encontrar el tipo de meditación que se ajusta a las necesidades y gustos de cada persona. 

Meditar es calmar la mente, no pensar en nada en particular (o nada más que las acciones de la meditación) para permitir que el ruido de fondo se filtre y se pueda descansar de una manera más profunda. Por eso, hasta el ejercicio físico puede ser meditativo.

Algunas personas que la han intentado practicar, se agobian porque no consiguen dejar su mente totalmente en blanco y siguen apareciendo pensamientos. Lo cierto es que no se trata de eliminarlos totalmente, sobre todo al principio, sino de dejar que pasen por la mente sin detenerse en ellos. No es tarea fácil aunque lo parezca, de hecho en las primeras etapas de aprendizaje, se suele fracasar a menudo y la mente se centra en pensamientos concretos. Pero si se persiste con la práctica, esto sucederá con menor frecuencia cada vez.

En cuanto al tiempo, en principio las sesiones podrían durar como mucho una hora, aunque con 15 minutos al día produce una serie de beneficios en la salud física, emocional y psicológica. A veces, con empezar con un minuto diario es suficiente y poco a poco se va aumentando. Lo importante es crear un hábito y, poco a poco, introducir la técnica en la rutina de persona para incorporarla a diario.

Sentado río

Son muchas las personas que han admitido meditar a diario, algunas tan conocidas como Hugh Jackman, Angelina Jolie, Clint Eastwood, Tina Turner y Mick Jagger. También es bastante común que se practique la meditación con atletas profesionales en las diferentes ligas deportivas de alto nivel e incluso personal de los ejércitos en todo el mundo. Asimismo, empresarios de gran éxito como Elon Musk o Richard Branson, han reconocido con total naturalidad que lo practican.