Todo parece indicar que las mascarillas se van a convertir en un elemento esencial en nuestras vidas durante bastante tiempo. Ahora que estamos cerca de iniciar la desescalada, van a ser necesarias para aquellos momentos en los que resulte muy difícil mantener el distanciamiento social que han pedido los expertos para mantener el virus bajo control.

Las investigaciones han demostrado que el coronavirus se transmite principalmente al toser y estornudar, mediante las gotas que se expulsan y que pueden contagiar a otra persona que se encuentre en un radio cercano. La transmisión puede producirse también si alguien entra en contacto con las gotas de una superficie y luego, por ejemplo, se toca la cara. También hay evidencia de que algunas personas con la infección experimentan pocos síntomas, si es que tienen alguno, y aún pueden transmitir el virus. Por este motivo, las autoridades sanitarias han recomendado usar las mascarillas.

Mascarilla oscuras

Pero siempre surge la duda de cuánto tiempo se pueden utilizar y si existe algún método para desinfectarla y volverla a utilizar, dada la escasez de mascarillas que hay en el mercado de momento. Un nuevo estudio ha demostrado que la limpieza casera a través del calor no reduce significativamente su efectividad, por lo que pueden seguir utilizándose con seguridad.

La investigación, publicada en el Journal of the International Society for Respiratory Protection y realizada por expertos de la Universidad de Columbia, en Nueva York, supone sin duda un gran alivio para muchas personas que tienen grandes problemas para hacerse con una debido al desabastecimiento que se sufre a nivel mundial.

El estudio

En la investigación se han analizado diferentes medios para desinfectar las mascarillas caseras y las de los trabajadores de la salud. Los autores del estudio partieron de la base de trabajos científicos previos que demuestran que calentarlas a 70° C (por ejemplo, con vapor de agua alejándolas del líquido) es efectivo para matar el virus SARS-CoV-2.

Para probar su validez después de la desinfección por exposición al calor, los expertos aplicaron diferentes mascarillas a cabezas de maniquíes diseñados para simular la respiración. En lugar del virus, usaron el hollín de una lámpara de queroseno, cuyas partículas son aproximadamente del mismo tamaño que las partículas de SARS-CoV-2.

Madre hija mascarilla

Se probaron dos máscaras respiratorias desechables y tres máscaras caseras, realizadas con telas de algodón y poliéster. Midieron los niveles de hollín fuera del maniquí y en el aire que había atravesado las máscaras. Repitieron las pruebas, cambiando la estanqueidad de las máscaras y utilizando maniquíes de diferentes materiales, plástico o silicona, para simular la suavidad del rostro humano. 

Y, efectivamente, el calentamiento no redujo la efectividad, sobre todo si las mascarillas se ajustaban correctamente al rostro. Según los investigadores, todas las investigaciones parecen confirmar que utilizar cualquier tipo de mascarilla en público es mejor que nada y que se debe realizar el mejor ajuste al rostro. Ahora además, la desinfección por calor viene a corroborar una buena noticia.