El estudio más extenso sobre resistencia en los antibióticos hechos hasta el momento se ha publicado este jueves en la revista médica The Lancet. La investigación exhaustiva de este grupo de investigadores ha calculado que solo el año 2019 murieron más de 1,2 millones de personas por infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. Se trata de una cifra total mayor que las muertes causadas por otras enfermedades como el sida o la malaria, los cuales en el mismo periodo causaron 860.000 y 640.000 muertes, respectivamente. Todo sitúa a las muertes por infecciones resistentes a los antibióticos como la tercera causa de muerte en el mundo, por delante de las enfermedades coronarias e ictus.

Es decir, las bacterias se han acostumbrado a los medicamentos con los cuales los combatimos, tanto que hacen que los mismos sean menos eficaces. Esta resistencia seguirá en aumento, según los investigadores. Tanto es así, que el estudio considera que para el año 2050 el número de muertes registradas en 2019 se multiplicará por 10.

¿Se puede hacer ante estas cifras? Por desgracia poca cosa. No hay casi tratamientos para cuidar este tipo de infecciones. Eso los convierte en "una gran amenaza para la salud global", según los autores del estudio. El motivo detrás de esta a amenaza es el uso indiscriminado de antibióticos desde la segunda mitad del siglo XX, no solo en personas sino también a la ganadería.

África y Asia, en peor situación

El estudio abarca casos de 204 países de todos los continentes, pero los investigadores se han encontrado con que la situación es más grave en unos que otros. La amenaza de las infecciones de bacterias resistentes a los antibióticos es más fuerte en el África y el Asia. Las zonas donde se han detectado un mayor número de muertos por este tipo de enfermedades son la zona subsahariana y el sur-asiático con 24 muertes por cada 100.000 habitantes y 22 muertes por cada 100.000 habitantes por estas infecciones, respectivamente.

La diferente afección de estas enfermedades no únicamente tiene un sesgo geográfico, sino también de clase. Los países más ricos están más protegidos de las muertes  por estas bacterias que los países más pobres. En los Estados con rentas más otros estas infecciones provocaron el año 2019 13 muertes por cada 100.000 habitantes, una cifra menor que en estados o regiones empobrecidas.

Las bacterias resistentes a los antibióticos pueden atacar todo tipo de cosas independientemente de su edad, pero el estudio confirma que los niños son más vulnerables. "Una de cada cinco muertes atribuibles a las bacterias resistentes a los antibióticos se produce en niños menores de cinco años", recoge el estudio.