Nueva polémica en la Iglesia católica por el cónclave para escoger a un nuevo papa, que se celebrará a partir del 7 de mayo. Desde la muerte del papa Francisco, el pasado lunes 21 de abril, el Vaticano ha tenido que hacer frente a 10 días de pulso con el cardenal Angelo Becciu, a quien el papa Francisco apartó por su implicación en un escándalo financiero por el cual fue condenado, porque insistía en desobedecer a Francisco y reivindicaba su derecho a participar en el cónclave. Finalmente, este martes Becciu anunció que renunciaba a participar. Ahora, se plantea otro conflicto sobre un nuevo caso de desobediencia a la voluntad del papa Francisco. El cardenal peruano y arzobispo emérito de Lima, Juan Luis Cipriani, el primero que tuvo el Opus Dei en su historia y que fue apartado por el papa Francisco en 2019 después de una acusación de abuso de menores, está en Roma y ha participado en los actos previos al conclave. 

Entre los castigos impuestos por el Papa a Cipriani estaba el de no llevar símbolos cardenalicios. Sin embargo, la prensa italiana fue la encargada de revelar la presencia del cardenal este domingo después de que visitara la tumba del pontífice argentino vestido precisamente con sus hábitos cardenalicios y además, ha participado en las congregaciones generales que se están celebrando en Roma, según las imágenes que han hecho públicos también varios medios peruanos. Cipriani siempre ha rechazado las acusaciones que pesan en su contra. "Son completamente falsas", llegó a afirmar. "No he cometido ningún crimen, ni he abusado sexualmente de nadie en 1983, ni antes ni después", ha defendido.

Participación en el cónclave

La presencia del cardenal Cipriani no ha gustado en el seno de la Iglesia católica. En 2019, el papa Francisco recibió una carta de una víctima a la que le dio credibilidad por las acusaciones de abusos contra Juan Luis Cipriani. Después de encargar una investigación, ordenó al cardenal que abandonara el país y se le apartó de la vida pública, y tiene prohibido hacer declaraciones públicas. El santo padre también prohibió su participación en el cónclave, una cuestión que ya está superada por su edad, ya que tiene 81 años, y después de los 80 se pierde este derecho.

En la misma línea que con el caso de Becciu, el Vaticano mantiene un perfil bajo. Preguntado sobre la presencia del cardenal peruano, el portavoz vaticano, Matteo Bruni, afirmó este miércoles en su rueda de prensa diaria que "no tenía indicaciones" sobre el tema y que se informaría, aunque precisó que no se han divulgado de manera completa todas las sanciones impuestas al cardenal. Sin embargo, el Vaticano no aclara si tomará medidas sobre este tema. En el momento que fue apartado, el Vaticano precisó en su momento que las sanciones se impusieron después de que Cipriani se retirara como jefe de la iglesia peruana en 2019 "como resultado de las acusaciones contra él" y que el cardenal aceptó las medidas. La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) también confirmó las sanciones contra el cardenal y agregó que "el Santo Padre ha tratado al cardenal a Juan Luis Cipriani con exquisita caridad pastoral y ha procedido uniendo la justicia y la misericordia". En una carta de respuesta a este comunicado de la CEP, Cipriani expresó su "sorpresa y dolor" y destacó que se dan "por unos ciertos unos hechos no probados".

Indignación

Desde el Vaticano, en declaraciones a La Nación, el jesuita alemán Hans Zollner ha criticado el silencio de la santa suyo. "Para mí, si hay decisiones contra Cipriani los cardenales tienen que intervenir". Y ha añadido: "No conozco las sanciones, pero si existen y las está desobedeciendo, insisto, tienen que intervenir los cardenales, porque quiere decir que hay un problema de aplicación de las sanciones y de credibilidad de las sanciones".

Cipriani no es el único cardenal involucrado en la pederastia que se ha visto los últimos días en el Vaticano. El cardenal estadounidense Roger Mahony, arzobispo emérito de Los Ángeles, acusado de haber encubierto a 129 sacerdotes que habían agredido sexualmente a menores, también ha estado presente. Además, formó parte del grupo de nueve cardenales que se encargó de celebrar el rito del cierre del ataúd del Papa. Mahony tampoco podrá participar en el cónclave porque tiene 89 años, pero su presencia en Roma también ha sido criticada por asociaciones que investigan los abusos.