Los expertos sanitarios advierten de que la mayoría de los usuarios de AirPods y dispositivos similares no prestan atención a la limpieza de los mismos. Un hecho que puede aumentar los riesgos para la salud de quienes los utilizan.
El exceso de cerumen, dolor de oídos, tinnitus (zumbido en los oídos) e infecciones por hongos son algunas de las posibles consecuencias de no limpiar los auriculares. Sin embargo, los expertos señalan que proteger la salud de los oídos es sencillo una vez que se conocen los conceptos básicos del cuidado de los auriculares.
Prevenir problemas de oído
El proceso de limpieza consta de dos partes, y ambas son importantes para prevenir problemas de oído. Es esencial limpiar y desinfectar la pieza del auricular, y cualquier accesorio de silicona que pueda llevar, para eliminar la cera acumulada y matar las bacterias potencialmente dañinas.
El uso continuado de los auriculares sin prestar atención a su limpieza puede causar problemas de salud
Aunque la cera es algo natural que ayuda a proteger nuestros oídos, puede atascarse fácilmente en los auriculares. Esto crea un ecosistema propicio para que crezcan los gérmenes, además de que nos perjudica al amortiguar la calidad del sonido de lo que estemos escuchando.
Es importante ventilar el canal auditivo externo (la parte entre el oído externo y el tímpano) y dejar que se seque entre un uso y uso de los auriculares. Cuando se está sellada esa área, la humedad se acumula y así existe la posibilidad de sufrir infecciones, incluidas las infecciones por hongos. Lo ideal sería esperar unas dos horas entre sesión y sesión de uso.
Desinfectar adecuadamente los auriculares
Son dos los factores que influyen en la limpieza de los auriculares, tanto la frecuencia como el método. Lo mejor es limpiarlos a fondo después de cada uso, aunque no lo hace prácticamente nadie. Lo más razonable sería llevarlo a cabo una vez a la semana.
Si se nota acumulación de cerumen en los tipos de auriculares que tienen ranuras, obviamente es una señal de que es hora de limpiar. Pero también depende del tipo de auricular. Muchos de los más nuevos y que aíslan mejor el sonido tienen pequeñas piezas de silicona que se pueden quitar y volver a colocar.
El problema es que sin una limpieza regular, es difícil notar el estado de esas piezas. Sin embargo, si tenemos el hábito de limpiar, podemos comprobar si las piezas de silicona se han adherido o no a los auriculares; un hecho que favorece la acumulación de gérmenes.
Limpieza segura de auriculares
Se pueden utilizar toallitas con alcohol para limpiar los auriculares, pero también puedes limpiarlos de forma segura con cualquier toallita suave, paño o bastoncillo de algodón y un desinfectante natural, como alcohol o vinagre puro de limpieza.
Con el paño humedecido, limpia suavemente la cera, el sudor o la piel muerta que pueda atascarse en los pequeños espacios de los auriculares. Es posible que necesites usar la punta de un bastoncillo de algodón para las ranuras más difíciles de acceder.
Por otro lado, las piezas de silicona se pueden lavar con agua y jabón, dejando después que se sequen bien. También se les puede aplicar alcohol.
Las almohadillas de silicona son fáciles de limpiar
Antes de volver a colocarlos en los oídos, hay que asegurarse siempre de que los auriculares no tengan cerumen ni humedad. Y por último, cuando no se estén utilizando, conviene guardarlos en un lugar limpio y seco o en la caja en la que vienen al comprarlos.