¿Sabías que la capacidad que tenemos de hacer flexiones está directamente relacionada con la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares en el futuro?

Así ha quedado de manifiesto en un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, que concluye que la probabilidad de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral es un 96% menor en los hombres que pueden hacer 40 o más flexiones durante una prueba física en comparación con los hombres que podían hacer 10 o menos.  

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la sociedad occidental

La investigación ha sido llevada a cabo por expertos de la Universidad de Harvard, de Indiana, de Chipre y de Bolonia que durante un periodo de diez años sometieron a exámenes físicos a 1.104 bomberos. Las pruebas incluían flexiones de tiempo y resistencia cardiorrespiratoria y los resultados arrojaron que aquellos que pudieron hacer menos flexiones obtuvieron las tasas más altas de nuevos diagnósticos de enfermedades cardiovasculares. Y a la inversa. Los participantes se sometieron a exámenes periódicos para verificar el desarrollo de las diferentes patologías y los resultados fueron muy significativos.

Los expertos se han mostrado muy esperanzados con este trabajo porque, aunque se necesitan más estudios al respecto, el hecho de poder medir la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular mediante la capacidad de hacer flexiones es una manera muy simple y barata de llevar a cabo evaluaciones clínicas en personas sanas y desarrollar una buena política de prevención.

Generalmente, a la hora de evaluar la salud cardiovascular, se suelen realizar otro tipo de mediciones en las consultas médicas, como el peso, la estatura, el IMC, los lípidos en la sangre o el colesterol. A los hombres que participaron en la investigación se les pidió que realizaran flexiones fijas a ritmo de metrónomo hasta que alcanzaran 80 flexiones de brazos, se perdieran tres pulsaciones de metrónomo, o se detuvieran por agotamiento, lo que pone de manifiesto la sencillez de la prueba.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la sociedad occidental. El tabaquismo, la hipertensión, la diabetes o la obesidad son algunos de los factores que aumentan la incidencia de sufrir estas patologías y, en los últimos años, se está realizando muchos estudios para evaluar el papel que juega la actividad física en la prevención de las mismas. De hecho, el pasado año, la Universidad de Harvard también publicó otro estudio en el que se demostraba que adoptar un estilo de vida saludable –dentro del cual se estableció el ejercicio físico periódico– podría reducir sustancialmente la mortalidad prematura y prolongar la esperanza de vida en adultos entre 12 y 14 años.