Aunque todavía no existen datos concluyentes, la impresión de los sanitarios que trabajan en los centros de atención primaria de Catalunya apunta a que los casos de pacientes con síntomas de depresión y ansiedad están aumentando en este año de pandemia. El confinamiento y las dificultades económicas, así como la incertidumbre que se cierne sobre la población se han convertido en un caldo de cultivo para el crecimiento de casos con problemas de salud mental. Por eso es importante tener en cuenta cuáles pueden ser los hábitos que pueden prevenir este tipo de patologías.

Un equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts ha identificado en un estudio un conjunto de factores que pueden prevenir la depresión en adultos. El informe ha sido publicado en The American Journal of Psychiatry y entre todos ellos destaca la socialización como el factor protector más fuerte para esta patología. El estudio proporciona la imagen más completa hasta la fecha de los factores modificables que inciden en el riesgo de depresión, según los expertos que han participado en él.

 Rostro triste

Rostro triste

El estudio

Los científicos establecieron dos etapas. En la primera, analizaron una base de datos de más de 100.000 personas del Reino Unido para establecer factores como la interacción social, el uso de medios, patrones de sueño, dieta, actividad física y exposiciones ambientales. Este método, conocido como exploración de asociación de toda la exposición (ExWAS), es análogo a los estudios de asociación de todo el genoma (GWAS) que se han utilizado ampliamente para identificar factores de riesgo genéticos de enfermedad.

La segunda etapa analizó los factores modificables más fuertes de ExWAS y aplicó una técnica llamada aleatorización mendeliana para investigar qué factores pueden tener una relación causal con el riesgo de depresión.

Este enfoque de dos etapas permitió a los investigadores reducir el campo a un conjunto de objetivos prometedores y potencialmente causales para la depresión. De lejos, el más prominente de estos factores fue la frecuencia de confiar en los demás, pero también las visitas a familiares y amigos, todos los cuales destacaron el importante efecto protector de la conexión social y la cohesión social.

Estos factores son más relevantes ahora que nunca en un momento de distanciamiento social y separación de amigos y familiares. Los efectos protectores de la conexión social estuvieron presentes incluso para las personas que tenían un mayor riesgo de depresión como resultado de una vulnerabilidad genética o un trauma temprano en la vida. 

Joven deprimido

Joven deprimido

Otros factores asociados con el riesgo de depresión incluyeron el tiempo dedicado a ver televisión, la tendencia a tomar siestas durante el día y el uso regular de multivitamínicos, aunque según los expertos se necesita más investigación para determinar cómo podrían contribuir.

El objetivo del estudio es utilizar esta evidencia para priorizar los objetivos de las intervenciones preventivas para la depresión, que afecta enormemente a la población y se ha convertido en uno de los motivos principales de las bajas laborales pero sobre la que aún hay mucho desconocimiento acerca de la prevención.