El tratamiento con deferiprona en pacientes con enfermedad de Parkinson temprana que no han recibido todavía tratamiento con levodopa ni con otros medicamentos dopaminérgicos, no aporta beneficio clínico y, al contrario, se ha asociado a un empeoramiento de los síntomas motores. Esta es la contradicción que se observa a los resultados del estudio internacional independiente FAIRPARK-II, que ha contado con participación del grupo de investigación en enfermedad de Parkinson y trastornos del movimiento del Instituto de investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, junto con el Hospital Clínico de Barcelona, y que publica el prestigioso New England Journal of Medicine. Los hallazgos de la investigación contrastan con los resultados de 4 otros ensayos clínicos independientes previos, en los cuales este empeoramiento de los síntomas no se observó. Eso podría aportar información relevante sobre el papel que juega la acumulación de hierro en el proceso neurodegenerativo. Según los científicos, podría ser que en las fases iniciales de la enfermedad de Parkinson el hierro en realidad ayude a las neuronas a mantener la producción de dopamina, solo devolviéndose tóxico en fases posteriores. Por eso, la eliminación de hierro con fármacos como la deferiprona en fases iniciales de la enfermedad podría explicar el empeoramiento de los pacientes al reducir la producción de dopamina, mientras que la deferiprona podría evitar los efectos nocivos del hierro en fases posteriores, de acuerdo con los ensayos clínicos previos.

Contradicciones en el tratamiento de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta millones de personas por todo el mundo y se caracteriza por la pérdida de las neuronas que producen dopamina, una molécula cerebral que es fundamental para el control de los movimientos normales del cuerpo. Hay varios medicamentos que permiten suplementar la falta de dopamina en estos pacientes y que ayudan a mejorar los síntomas, pero estos fármacos no evitan la pérdida de neuronas ni la progresión de la enfermedad. Uno de los procesos fisiológicos de los afectados es la acumulación anormal de hierro en el cerebro. El exceso de esta sustancia se ha asociado con la pérdida de neuronas productoras de dopamina. Por eso, los científicos han estado buscando la manera de reducir el exceso de hierro en estos pacientes. A su vez, es importante recordar que este mineral tiene un papel importante en muchos procesos biológicos necesarios para el funcionamiento normal del cuerpo, entre los cuales está la producción de dopamina. Es decir, el hierro puede tener efectos tanto beneficiosos como perjudiciales al organismo.

¿Redistribuir el exceso de hierro con deferiprona?

La deferiprona es un fármaco que ha servido para tratar otras enfermedades y que tiene la habilidad de eliminar el exceso de hierro a las zonas donde se acumula de forma anormal y redistribuirlo en otros que lo necesitan. Dos ensayos clínicos previos en que participaron 40 y 22 pacientes con enfermedad de Parkinson de diagnóstico reciente sugirieron que la deferiprona añadida al tratamiento con medicamentos que suplementen la dopamina, como la L-DOPA, no solo reducía la acumulación de hierro al cerebro, sino que podía mejorar la discapacidad motora.

En el estudio FAIRPARK-II, los investigadores analizaron datos de 372 pacientes con Parkinson de diagnóstico reciente -cuándo la cantidad de neuronas productoras de dopamina todavía está conservada- y todavía sin tratamiento de suplementación de dopamina, procedentes de 23 centros médicos europeos, entre los cuales hay el Sant Pau y el Clínico de Barcelona. El objetivo era comprobar si la deferiprona podía ser útil para ralentizar la progresión del Parkinson. Sorprendentemente, los resultados demostraron que, al cabo de 36 semanas de seguimiento, los participantes que habían recibido este tratamiento tenían peores puntuaciones en las escalas que miden los síntomas de la enfermedad con respecto a los que habían recibido placebo. Es decir, los pacientes del grupo control habían empeorado, pero los del grupo que recibió la deferiprona todavía más. Los resultados de este trabajo contrastan con los de 4 ensayos clínicos independientes previos más, en los cuales el empeoramiento de los síntomas no se observó al administrar la deferiprona. Los investigadores creen que la clave podría estar en la suplementación dopamina, por lo cual ahora habrá que hacer nuevos estudios de combinación para comprobar los efectos en fases iniciales de la enfermedad. Con todo, de momento se mantiene la hipótesis que, a la larga, la reducción del hierro es beneficiosa para frenar la evolución de la enfermedad.