Se calcula que alrededor de unos 15 millones de bebés nacen prematuramente en el mundo cada año. Un hecho que entre otros aspectos conlleva que la criatura y la madre pasen mucho tiempo separadas hasta que por fin el pequeño sea dado de alta en el hospital.

A pesar de que las unidades neonatales de los centros hospitalarios de hoy en día cuentan con los mejores medios materiales y humanos, la propia naturaleza del ser humano hace que los padres se sientan culpables por el escaso contacto físico del que sus hijos nacidos antes de lo previsto disfrutan con la persona que los ha traído a este mundo.

Incubadora

Para los bebés por su parte se trata de uno de los mayores factores de estrés que pueden sufrir durante su edad temprana. No es ningún secreto el hecho de que el contacto piel con piel de los padres con el recién nacido, en lugar del tiempo que tenga que pasar en una incubadora, hace que ese estrés del bebé se reduzca sensiblemente.

Pero ahora, en un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) sobre la relación entre las madres y los bebés que tienen contacto continuo piel con piel durante ese periodo, ha revelado una curiosa conclusión que sí parece derribar una creencia muy arraigada. Según el trabajo científico sueco, publicado en la revista Advances in Neonatal Care, el contacto continuo de piel con piel no conduce a una mejor interacción entre la madre y el bebé.

La investigación

En el estudio, los científicos investigaron la interacción entre madres y bebés nacidos prematuramente, entre las semanas 32 y 36. El trabajo se llevó a cabo en dos hospitales suecos, donde los padres pueden estar con sus bebés las 24 horas del día. Participaron 31 familias. Las familias se dividieron en dos grupos: uno donde la madre debía tener contacto piel con piel con el bebé de manera continuada desde el nacimiento hasta el alta hospitalaria, y otro donde la madre debía darle al bebé tanto o tan poco contacto piel con piel como quisiera o pudiera.

Después de cuatro meses, los investigadores hicieron un seguimiento de cómo las madres interactuaron con sus bebés prematuros. No encontraron diferencias significativas en la interacción entre los grupos de contacto de piel a piel continuos e intermitentes. Con respecto al apego de la madre al bebé, los investigadores no pudieron ver que el contacto piel con piel tuviera ningún efecto en términos de, por ejemplo, la aceptación de la madre o su sensibilidad hacia el bebé. Tampoco se vio una correlación entre el número de horas de contacto piel con piel y la calidad de la interacción.

Padres bebé

En opinión de los autores del estudio, algunas personas dicen que el contacto piel con piel automáticamente produce un buen vínculo entre la madre y el bebé. Nuestro estudio muestra que este puede no ser el caso. Puede ser un alivio para los padres que no pueden mantener a su bebé en contacto con la piel de su madre las 24 horas, para saber que todavía pueden tener una buena interacción”.