Hace escasos días, se ha celebrado en Japón la 83ª reunión de la Japanese Circulation Society, una de las sociedades médicas más prestigiosas de este país que se dedica al estudio de las enfermedades cardiovasculares. Entre los diferentes trabajos de investigación que se han presentado se encuentra un estudio llevado a cabo por un grupo de expertos del Hospital de Sendai.

La investigación analizó el vínculo entre entre la nocturia (la necesidad de acudir repetidamente a orinar por la noche) y la hipertensión en la población general japonesa. Participaron 3.749 personas que se sometieron a un chequeo médico anual en 2017. Se midió la presión arterial y se obtuvo información sobre la nocturia mediante un cuestionario en aquellos pacientes con una presión arterial superior a 140/90 mmHg y los que consumían medicamentos antihipertensivos recetados. Por lo que reveló el trabajo, el riesgo de hipertensión aumentó significativamente a medida que se incrementaba el número de veces que se levantaba la persona a orinar.

Aunque se necesitan más estudios para seguir profundizando en este aspecto, el trabajo pone de manifiesto que una persona puede extraer determinadas conclusiones de su estado de salud gracias a la orina. Por ejemplo, a través del color.

La orina perfecta es aquella que presenta un color amarillo claro. Si es demasiado transparente es indicativo de que se está bebiendo demasiada agua. Si es más oscura, cercana al color ámbar, la persona no está bebiendo lo suficiente. Un color naranja –siempre que no se hayan tomado alimentos como la zanahoria o remolacha– puede indicar algún problema hepático, al igual que si es de color marrón. Cuando está roja, puede significar que hay sangre en la orina, bien debido a una infección o a otra patología más grave, como un cáncer en la vejiga. El verde se produce cuando se ingieren algunos alimentos, como los espárragos, pero si persiste puede indicar también una infección. El azul puede estar asociado a un exceso de calcio y el morado, a la porfiria, una enfermedad metabólica.

Esto en lo que se refiere al color. La infección de orina también puede producir un olor muy intenso, así como una orina turbia. Y cuando es espumosa nos está indicando que ingerimos demasiada proteína.

En cualquier caso, si estos síntomas son persistentes, se debe acudir al especialista para hacer un análisis de orina de laboratorio. Los análisis, además de infecciones, pueden detectar fases tempranas de tumores de vejiga, diabetes o incluso osteoporosis, pues el calcio y el fósforo que desprenden los huesos pasan después a la orina y se pueden detectar.