La eyaculación precoz es una disfunción sexual más común de lo que parece. Afecta a más del 40% de los hombres en un momento u otro de su vida, según datos aportados por el Centro Médico Teknon en Barcelona, basados en el estudio Pandora. Descubrir las causas y tratarlo no siempre es fácil, pero la combinación de farmacología y técnicas cognitivas, conductuales o ejercicios en pareja puede suponer un cambio notable. Estos métodos están diseñados para ir más allá de la duración del acto sexual, profundizando en la calidad de la conexión íntima y la comunicación mutua.
Más del 40% de los hombres experimenta eyaculación precoz en algún momento de su vida
Podemos hablar de eyaculación precoz cuando esta se produce antes o dentro de aproximadamente el primer minuto de la penetración vaginal en la mayoría de los encuentros sexuales. A este periodo de tiempo se le llama "tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (IELT). Sin embargo, la definición de un IELT específico no es el único parámetro a tener en cuenta en un diagnóstico de eyaculación precoz.
Para el doctor François Peinado, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, uno de los mayores expertos de España en este ámbito: “el criterio temporal es solo uno de los varios factores a considerar. La percepción del individuo sobre su control de la eyaculación y las consecuencias personales o en la relación también son aspectos cruciales para el diagnóstico”.
Según el doctor Peinado, el tiempo no es el único factor de evaluación de la eyaculación, también lo son las consecuencias personales y en la relación
Existen dos tipos de eyaculación precoz: la que persiste desde el comienzo de la actividad sexual (primaria) y la que se instaura en la pareja tras una etapa de relaciones sexuales sin problemas de eyaculación (secundaria). En ambos casos, puede deberse a factores psicológicos, biológicos o una combinación de ambos. “Los factores psicológicos incluyen la ansiedad, problemas de relación, estrés o depresión. Los biológicos pueden abarcar niveles hormonales anormales, inflamación y/o infección de la próstata o uretra, y factores genéticos”, señala el doctor Peinado.

La mejor opción para tratar la eyaculación precoz: terapias combinadas
Cuando hablamos de problemas en las relaciones sexuales, la eyaculación precoz sigue siendo un tema rodeado de tabúes y que arrastra un cierto estigma social relacionado con la vergüenza, con no sentirse “hombre”. Sin embargo, es una dificultad que muchos varones deben enfrentar en algún momento de su vida y que, con ayuda de profesionales, suele tener buen pronóstico.
Con ayuda de profesionales, la eyaculación precoz suele tener buen pronóstico
Existe un amplio abanico de medidas y tratamientos que pueden aplicarse y, cada vez más, los expertos recomiendan las terapias combinadas, un abordaje holístico que trata el problema desde todos los ángulos. “El tratamiento debe ser personalizado, considerando las necesidades y preferencias del paciente, así como la presencia de posibles efectos secundarios de los tratamientos. La combinación de terapias conductuales y médicas suele ser más efectiva que cualquiera de ellas por separado”, insiste François Peinado.
Entre las estrategias conductuales destaca la técnica de "detener-arrancar", que consiste en interrumpir la estimulación sexual al sentir la proximidad del orgasmo para permitir que la excitación disminuya antes de reanudarla, y la maniobra de "compresión basal", donde se aplica una presión firme en la base del glande cuando la urgencia de eyacular se presenta. Ambas técnicas buscan educar al cuerpo y la mente en la modulación de la excitación. Para que sean efectivas es muy importante que se incorporen de manera constante en los encuentros íntimos con la pareja en un clima de comunicación y confianza.
La terapia combinada, psicológica, conductual y farmacológica, es la opción más eficaz
No olvidarnos de la parte psicológica es fundamental. De hecho, según Verónica Vivero, psicóloga especialista en terapia de pareja de Andrología Barcelona, en el Centro Médico Teknon: “aproximadamente un 90% de los casos responden a causa psicógena y esto suele afectar de forma bastante importante en su autoestima, sobre todo, y en su percepción de calidad de los encuentros eróticos compartidos”.

Por estos motivos, la terapia psicológica con un sexólogo puede ser de gran ayuda. Este tipo de terapia permite explorar y abordar factores como la ansiedad, el estrés, problemas de relación o cualquier otra dinámica psicológica que pueda estar dificultando la relación sexual. Además, si la eyaculación precoz está afectando la relación de pareja, es conveniente la terapia de pareja como un espacio para que ambos miembros comprendan la situación, mejoren la comunicación y trabajen juntos en la búsqueda de soluciones.
También la adopción de ciertos cambios en el estilo de vida y la implementación de remedios naturales pueden ofrecer un apoyo valioso. Los ejercicios de Kegel, diseñados para fortalecer los músculos del suelo pélvico, pueden influir positivamente en el control eyaculatorio. Asimismo, la práctica de técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, puede ser útil para reducir la ansiedad que a menudo acompaña el desempeño sexual. La incorporación de ejercicio físico regular a la rutina diaria también contribuye al bienestar general y puede tener un impacto favorable en la función sexual.
"Aproximadamente, un 90% de los casos responden a causa psicógena", indica la psicología Verónica Vivero
La terapia puede acompañarse con fármacos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), normalmente usados para tratar la depresión, que pueden retrasar la eyaculación.
Específicamente aprobado para el tratamiento farmacológico de la eyaculación precoz encontramos la dapoxetina. Según explica el Dr. Peinado se trata de: “un inhibidor que aumenta los niveles de serotonina en el sistema nervioso, lo que ayuda a mejorar el control sobre la eyaculación y a incrementar el tiempo antes de la eyaculación. Se toma por vía oral, usualmente entre una y tres horas antes del acto sexual. No está destinado para uso diario, sino que se toma según sea necesario”.
Los ejercicios de Kegel, la meditación y el ejercicio físico pueden reforzar el tratamiento
Otros medicamentos incluyen el uso de anestésicos tópicos aplicados en el pene, formulaciones en crema (lidocaína-prilocaína) y en spray. Han mostrado aumentos significativos del tiempo de latencia intravaginal, para reducir la sensibilidad, y en algunos casos, se pueden recetar antagonistas de la dopamina.
¿Y si nada funciona?
El Dr. François Peinado asegura que “cada vez atiendo a más pacientes que han probado todos los tratamientos sin obtener resultados satisfactorios y nos planteamos la opción quirúrgica que consiste en: la circuncisión si no lo están, la neurectomía dorsal y/o la inyección de ácido hialurónico en glande”. Sin embargo, son tratamientos aún no estandarizados y sobre los que se está analizando su efectividad real, aunque con buenos pronósticos. En estos casos, ponerse en manos de un profesional cualificado es la clave.