El estrés causa importantes consecuencias en la vida de la persona y existen muchos estudios científicos que prueban su incidencia en la salud y el aumento del riesgo de padecer determinadas patologías. En el caso de las mujeres embarazadas, esta circunstancia se agrava por las consecuencias que tiene este estado en el feto. Y no solo en los casos más obvios, cuando la mujer se entera de que su bebé padece algún tipo de enfermedad o trastorno –que agudiza los casos de estrés, ansiedad y depresión maternos–, sino también cuando no se producen estos diagnósticos.

Un equipo de científicos del Children's National Hospital, en Estados Unidos, se ha mostrado preocupado por el alto índice de estrés que padecen las mujeres durante su gestación y su posible relación con un peor desarrollo en determinadas regiones cerebrales del bebé antes de nacer.

Recién nacido

El estudio ha sido publicado en JAMA Pediatrics y los autores subrayan la necesidad de un realizar cribado universal para determinar la angustia psicológica como parte rutinaria de la atención prenatal a las mujeres y así poder tomar otras medidas para apoyar a las embarazadas que sufren estrés y proteger el cerebro en desarrollo de sus recién nacidos.

Los expertos especifican que este estado mental que afecta a tantas embarazadas tiene una incidencia en el desarrollo de las regiones del cerebro fetal que desempeñan un papel importante en el aprendizaje, la memoria, la coordinación y el desarrollo social y conductual. Por eso destacan la necesidad de identificar los casos temprano para poder evitar las consecuencias.

La investigación

El equipo de científico realizó un seguimiento a 48 mujeres cuyos fetos habían sido diagnosticados con una cardiopatía congénita y a 92 mujeres sanas con embarazos sin ninguna complicación. Los resultados mostraron que el 65% de las mujeres embarazadas que esperaban un bebé con la malformación dieron positivo por estrés y el 44% por ansiedad; el 27% de las mujeres con embarazos sin complicaciones dieron también positivo por estrés y el 26% por ansiedad. El 29% de las mujeres embarazadas con la complicación dieron positivo por depresión, al igual que el 9% que no padecían esos problemas.

En total, se realizaron 223 resonancias magnéticas a los fetos entre las semanas 21 y 40 de gestación. Midieron el volumen cerebral en centímetros cúbicos para el cerebro total, así como medidas volumétricas para regiones clave como el cerebro, el cerebelo, el tronco encefálico y el hipocampo izquierdo y derecho. El estrés y la ansiedad materna en el segundo trimestre se asociaron con el hipocampo izquierdo más pequeño y cerebelos más pequeños, especialmente en los casos con complicaciones. Además, las regiones específicas (la cabeza y el cuerpo del hipocampo y el lóbulo cerebeloso izquierdo) eran más susceptibles al retraso en el crecimiento.

Embarazada hospital

Es importante destacar que el hipocampo es una estructura cerebral muy susceptible al estrés y es clave para la memoria y el aprendizaje, mientras que el cerebelo controla la coordinación motora y desempeña un papel en el desarrollo social y conductual.

Lo peor de todo es que ninguna de esas mujeres había sido sometida a pruebas de detección de depresión o ansiedad prenatales, no habían sido medicadas al respecto ni habían recibido atención específica para su salud mental, lo que pone de manifiesto la necesidad de abordar esta cuestión tan fundamental.