Las personas que, después de padecer un ataque al corazón, inician un programa de cambio de hábitos en el que incluyen ejercicio físico, experimentan una mejoría en su estado de salud de forma notable. Así queda de manifiesto en un gran estudio de la Sociedad Europea de Cardiología en el que participan diversas universidades del continente.
A los pacientes con ataque cardíaco generalmente se les ofrecen pautas para que inicien un cambio en su estilo de vida. Estos consejos incluyen ejercicio, dejar de fumar, consejos sobre dieta y manejo del estrés, así la importancia de tomar medicamentos.
Los ataques cardíacos tienen un efecto perjudicial en la calidad de vida, incluidos los problemas de movilidad, el cuidado personal y las actividades diarias que muchas personas dan por sentado, como el trabajo y el ocio. Investigaciones anteriores han demostrado un vínculo entre la rehabilitación cardíaca y la mejora de la calidad de vida en pacientes con ataque cardíaco. Sin embargo, la mayoría de estos estudios se realizaron antes de los medicamentos y procedimientos que se emplean ahora, como es el caso de las estatinas para reducir el colesterol malo y los stents para abrir las arterias obstruidas.
La investigación
Este estudio analizó a 4.570 pacientes que ingresaron en 48 hospitales de Inglaterra con sospecha de ataque cardíaco entre 2011 y 2013. Los pacientes completaron un cuestionario mientras estaban en el hospital y luego al mes, a los 6 y a los 12 meses después del alta. Las preguntas incluyeron si asistieron a rehabilitación cardíaca, su calidad de vida percibida y sus niveles de actividad física.
Los pacientes que asistieron a rehabilitación cardíaca tuvieron una mejor calidad de vida en todos los momentos en comparación con los que no. Y los que realizaron esta actividad y además se ejercitaron 150 minutos o más por semana tuvieron puntuaciones de calidad de vida aún más altas en comparación con aquellos que no lo hicieron. La rehabilitación cardíaca implica no solo ejercicio, sino también consejos sobre el estilo de vida y los medicamentos que probablemente contribuyan a que las personas se sientan mejor. También hay beneficios sociales adicionales, como estar cerca de otras personas en una situación similar y compartir eso sentido de comunidad.
Los expertos han subrayado la importancia de proporcionar formación a las personas que sufren un ataque al corazón, puesto que puede literalmente cambiar sus vidas con una mejora en su estilo de vida. Eso sí, deben hacerlo siempre de la mano de un profesional contrastado que pueda conocer su caso y recomendar el ejercicio que mejor se ajuste a lo que necesita, para que no resulte contraproducente en algunos casos.