El menisco es un tejido elástico, al estilo de una almohadilla, que funciona como colchón amortiguador entre el fémur y la tibia. Tenemos uno en cada pierna y reduce el desgaste de los huesos y articulaciones de esta zona. Con el paso de los años o bien debido a una actividad brusca como un giro repentino, un levantamiento brusco o un golpe puede dañarse o romperse.

Generalmente produce unos síntomas claros que, aunque no suelen ser completamente incapacitantes, provocan molestias continuas. Sin embargo, existen casos en los que no produce dolor, generalmente cuando es por desgaste y no rotura, por lo que una persona puede notar unas ligeras molestias pero no saber que tiene una lesión. El problema es que si no se trata de manera adecuada, puede desembocar en una artrosis de rodilla y provocar dolores aún más graves.

Dolor rodilla

Cuando se produce una rotura de menisco, normalmente se siente un chasquido en la rodilla. A continuación aparece hinchazón, dolor –especialmente cuando se toca el área afectada–, dificultad para mover la rodilla o incluso incapacidad para estirarla o doblarla por completo. También se puede experimentar una sensación de deslizamiento, que generalmente es una indicación de que un pedazo del cartílago se ha soltado y está bloqueando la articulación.

Pruebas y diagnóstico

Es el médico quien debe realizar el diagnóstico después de examinar la rodilla y evaluar su rango de movimiento. La prueba más común consiste en doblar la rodilla y luego enderezarla y rotarla. Es posible que escuche un ligero chasquido que indique si el menisco se ha roto.

A continuación se debe hacer un diagnóstico por imagen para confirmar la rotura. Generalmente se realiza una resonancia, aunque hay que decir que su precisión es del 77 por ciento en estos casos, ya que a veces esta lesión puede no aparecer en esta prueba porque puede parecerse mucho a los cambios degenerativos o relacionados con la edad. Además, algunas estructuras alrededor de la rodilla pueden parecerse mucho a una rotura de menisco.

Otras dos pruebas que se suelen hacer son el ultrasonido, que ayuda a determinar si existe algún cartílago suelto que pueda quedar atrapado en la rodilla, y la artroscopia, mediante la cual se realiza una pequeña incisión o corte cerca de la rodilla para introducir un pequeño dispositivo con una pequeña luz y cámara para comprobar el estado del menisco.

Problema rodilla

Tratamiento

El tratamiento consiste en primer lugar en tratar la lesión con descanso, hielo, compresión y elevación. También deben usarse muletas y evitar cualquier actividad brusca. Lo normal es realizar algún tipo de rehabilitación y hacer fisioterapia. Pero si la rodilla no responde a los tratamientos anteriores, se puede realizar una cirugía artroscópica por la que es el propio artroscopio el que se introduce en la rodilla y se retira el menisco. Existen meniscos artificiales, pero en ocasiones no acaban de resultar, por lo que una persona que ha sido operada debe tener especial cuidado en esa zona de realizar movimientos bruscos que puedan desgastar aún más la articulación y el hueso.